Capítulo 11

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- ¡Espera, espera! Aún tengo que calentar... - Dijo Luigi retrocediendo.

Mario bufa, se hace hacia el Goomba que se estaba aproximando y salta sobre él, haciendo que se esfumara de la misma manera en la que desapareció el anterior. - Date prisa, ¡No hay tiempo que perder! - Mencionó.

Luigi asiente y comienza a realizar cualquier tipo de calentamientos. Primero, estiró sus piernas, diez segundos cada una. Luego, comenzó a dar unos pequeños saltitos por unos minutos y, después, empezó a trotar sin moverse de su lugar. Al pasar unos minutos más, se detuvo.

- ¿Listo? - Cuestionó Mario, finalmente; quien estaba recostado contra un árbol, esperando a que su hermano terminara de calentar.

El de verde lo pensó por un momento y asintió inseguro.

- Perfecto, porque allá viene otro. - Dijo Mario, señalando detrás de Luigi a un Goomba que se aproximaba.

- ¡Espera, espera! Tal vez necesite calentar un poco más... - Se excusó Luigi, retrocediendo nuevamente, esta vez de un salto.

- ¡Luigi! - Se quejó Mario.

- Está bien, está bien. - Luigi suspira y se pone en posición de combate, como si estuviese preparado, mientras veía que el Goomba se acercaba a él. Sus manos, bajo sus guantes, aún sudaban, y, aunque no se notara, sus rodillas temblaban. Ni siquiera Luigi sabía por qué estaba tan nervioso ante el hecho de simplemente aplastar a un Goomba, después de todo, lo que mejor hacía era saltar, incluso se podría decir que era una de las pocas cosas en las que era mejor que su hermano.

Cuando finalmente el Goomba se encontraba relativamente cerca, Luigi lo pensó un par de veces y luego saltó, pero esta vez no rebotó sobre este. Aparentemente, al saltar sobre la cabeza del Goomba, pisó en falso y calló de espaldas en la verde grama; al menos, el Goomba había salido lastimado, pero aún estaba allí. Al ver a Luigi en el suelo, quien se sobaba la cabeza pues había salido afectada por el impacto de la caída, el pequeño monstruo aprovechó la oportunidad y enfadado se dirigió directamente hacia Luigi para atacarle de vuelta.

- ¡Cuidado! - Mario corrió hacia el monstruo, saltó sobre este y lo hizo desaparecer en un dos por tres. - Eso estuvo muy cerca... - Dijo Mario, tras suspirar de alivio y seguido de una orgullosa sonrisa. Luego, voltea a ver a su hermano, quien se estaba levantando del suelo tras suspirar con lo que parecía exasperación, sacudiendo el sucio de su overol con sus enguantadas manos, y el ceño levemente fruncido.

- Oh, no te preocupes, Weegie. Sólo estás algo oxidado ¡Hay más monstruos más adelante! - Dijo Mario, al notar la actitud de su hermano, intentando animarle.

La escena es repentinamente interrumpida por un fuerte sonido.

- ¿Qué fue eso? - Dijo Mario, mientras ambos buscaban de dónde había provenido el ruido. Desde lejos, ambos pudieron escuchar una risa conocida, seguida por unas voces, también familiares para ambos; a las cuales escuchaban atentamente con sumo silencio, hasta que, finamente, escondidos detrás de unos arbustos, lograron ver a tres individuos conocidos.

- ¡Bwa ha ha! ¡Eso será suficiente para construir mi propio castillo! - Dijo muy alegre el más pequeño de los que se encontraban allí, quien se encontraba junto a un árbol caído. Aparentemente, ese era el estruendo que ambos hermanos habían escuchado. - ¡Ya verá Papi Bowser que puedo ser responsable!

- Bowser Jr... - Musitaron Mario y Luigi al unísono, al reconocer el rostro y la voz.

- ¿Y dónde planeas construir tu castillo? - Preguntó el más grande, quien se encontraba junto a una carreta que estaba cargada de una gigantesca montaña de trozos de madera; la misma que la del árbol que acababa de caer.

- Pues junto al castillo de papá, Morton ¡Sobre el gran Lago de Lava del reino!

- ¿Pero la lava no hará que se incendie tanta madera? - Cuestionó lógicamente el mediano de los tres, el cual poseía una cresta de color azul como peinado.

- ¿Eres tonto, Larry? - Contestó impulsivamente Junior. - ¡La madera de estos bosques son a prueba de fuego! - Tras decir esto, el pequeño escupe una mínima bola de fuego al tronco que acababan de tumbar; la cual, asombrosamente, no sufrió ni la más mínima quemadura. - ¿Ves?

Los otros dos que lo acompañaban miraron impresionados a la demostración. - Ahora, llevemos esto rápido. Hay mucho que hacer. - Mandó Bowser Jr. muy emocionado, mientras ya se dirigía de vuelta a su hogar y era seguido por Larry y Morton.

- Oh, no sabía eso de este bosque. - Dijo Luigi mirando a su alrededor, cuando ya se habían alejado los tres jóvenes Koopa.

Cuando Mario fue a voltear para ver a su hermano, puso inmediatamente los ojos como platos.

Luigi mira extrañado a Mario, por la manera en la que lo estaba mirando. - ¿Qué pasa, Mario? ¿Y esa cara?

- Luigi... No. Te. Muevas. - Advirtió Mario, mientras seguía observando y preparaba un puño, lentamente.

- ¡¿Qué?! ¡¿Q-Qué has visto?! - Dijo Luigi bastante nervioso, intentando hacerle caso a su hermano mayor, pero el miedo no le deja contenerse y voltea lentamente para encontrarse con un par de aterradores y brillantes ojos rojos, que lo observaban fijamente.

Mario & Luigi: Bewitched Adventure / Aventura EmbrujadaKde žijí příběhy. Začni objevovat