Parte 1

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1 Jeff:

El sol bañaba todo con su luz dorada, resplandeciente. Un viento leve movía las hojas de los árboles de los alrededores y movía el pasto largo del jardín del fondo de la casa de mi mejor amiga. Estábamos los dos tendidos de cara al sol, simplemente disfrutando de nuestra compañía en un silencio que no era para nada incómodo.

Habíamos salido del colegio y todavía conservábamos nuestros uniformes. Había puesto mi blazer azul en el pasto para que ella se sentase en él. Los dos nos tumbamos en el pasto del fondo de su casa y nos quedamos allí, disfrutando de las últimas horas de sol que quedaban. Sinceramente, yo amaba pasar tiempo con ella. Era la chica más graciosa, simpática, amigable y sincera que había conocido… bueno, tal vez era la única chica que había conocido. Con tan solo ocho años, deslumbraba a cualquier persona que le hablase. Todos los que la conocían quedaban encantados, tanto mayores como jóvenes. ___ Schmidt sorprendía gratamente a cualquier persona que se le cruzara por el camino. Con ese cabello prácticamente lacio, castaño y muy largo, con aquellos ojos verdes y sombreados por largas y curvas pestañas negras convencía a cualquier persona para que hiciese lo que ella quería. Tenía ese efecto en todo el mundo, y claro, conmigo también.

Ella y yo éramos opuestos. ___ era extrovertida, salidora, simpática, brillante y totalmente deslumbrante. Yo era más bien callado, tímido, quedado, muchos me consideraban un chico agrio y también bastante torpe. He de admitir que sí era torpe, pero no como algo malo, sino más bien distraído.

___ era hija única, su padre había muerto cuando ella tenía unos cuatro años y su madre la había criado por su propia cuenta; desde ese momento que su marido no estuvo más en el reino de los vivos, ella comenzó una empresa de cosméticos por su propia cuenta y ahora era la dueña de una de las mayores y más exitosas empresas a nivel mundial. La vida de ___ era soñada para mí. Ella tenía todo lo que quería, con tan solo pedirlo lo tenía: viajes, ropa, artefactos electrónicos… todo. Era lo que yo llamaba una millonaria a lo grande.

Yo, en cambio, no era tan afortunado. Vivía con mis padres y mi hermano gemelo, Liu. No necesitábamos más dinero, pero podríamos contar con más. Teníamos una buena casa, un auto relativamente nuevo e íbamos a un instituto privado, pero yo sabía que ___ tenía mucho más que nosotros. No era que me molestaba, pero siempre que iba a su casa, me sentía como un intruso en aquel mundo.

En aquel momento, sentí que ella se movió y abrí los ojos, dejando de soñar despierto. Me miraba fijamente; aquellos ojos verdes oscuros clavados en mí. Sentí un cosquilleo y me sonrojé.

-          Sucede algo?- pregunté, con la voz ahogada de no haber hablado en un rato largo. Con eso, ella sonrió. Negó con la cabeza y me continuó mirando.

-          No, nada… es que te veías raro- me dijo y sentí sonrojarme de vuelta. Había sido porque había estado pensando en ella?

-          Ah, bueno… eso es usual- dije y suspiré. Luego sonreí de forma rara al ver que su sonrisa mostraba sus hoyuelos y ella arqueó una ceja.

-          Eres raro, Woods- me dijo y se sentó derecha; la imité.

-          Aún así me quieres, Schmidt- dije y ella me miró de costado.

-          Tú piensas eso?- preguntó, su voz cargada de algo que sonaba a asco. Se me borró la sonrisa del rostro y sentí que me habían dado una patada en la cara. Ella rió estridentemente y me tiró al suelo, envolviéndome en sus brazos.

-          Qué?- pregunté, confundido. ___ rió más.

-          Es un chiste, tonto. Claro que te quiero- dijo, sonriéndome y liberándome de su asfixiante abrazo. De todos modos, apoyó su cabeza en mi pecho y miramos al cielo que se tornaba rojo, el sol desaparecía tras nubes color ámbar.

Forever and Always (Jeff The Killer)Where stories live. Discover now