Capítulo Cincuenta

Comenzar desde el principio
                                    

—Seamos honestos, sólo me extrañarán quizás cinco personas, el resto hará fiesta, todos sabemos que por alguna razón nunca fui muy querida por los empleados mayores que yo. Sólo los jóvenes, exceptuando a Fate, realmente me tienen aprecio.

—Sólo son celos Kaethennis, tienes un don impresionante para este mundo de la escritura. Eres buena en tu trabajo y siendo tan joven, es imposible que todos ellos no te vieran como una amenaza, más cuando Amelia siempre ponía sobre ti grandes proyectos.

—Gracias por siempre ser bueno conmigo James, aun cuando no siempre fui la más agradable.

—Tonterías, siempre has sido una persona agradable conmigo.

Le sonrío con sinceridad, James es de las pocas personas que desde el principio fue amable conmigo, aun cuando esperaba más de mí de lo que yo estuve dispuesta a darle. Como si leyera mis pensamientos, él sonríe apenado.

—A veces me pregunto si no insistí lo suficiente para que aceptaras salir conmigo.

Instintivamente estiro mi mano hasta alcanzar la suya, lo último que necesito es hacerlo sentir miserable, él nunca fue el problema, el problema siempre fueron las barreras que me impuse, unas barreras que sólo un hombre logró traspasar.

—Tú nunca fuiste el problema, eres un excelente hombre con muy buenas intenciones, además de ser increíblemente atractivo —él ríe—. Pero yo nunca me sentí segura acerca de las relaciones, y ese siempre fue el problema.

—Pero fue diferente con el chico de BG.5

—Lo fue.

—¿Qué pasa con él?

—Nada, pasa que, como acabo de decirte, soy la mejor huyendo de las relaciones. Una mala costumbre que tristemente no he podido combatir.

James me da una sonrisa comprensiva mientras aprieta mi mano, el hecho de que estoy cansada de llorar desde hace veinte días ayuda a que no llore en este momento.

Cuando actualizo mi correo me doy cuenta que tengo lo que parece un alerta en mi bandeja de entrada, la alerta es del correo de Harry en donde se me hace saber que el correo al que solía escribir y al que reenvié el mensaje el día de hoy una vez más, ha dejado de existir.

Sí, esa es una clara indirecta de cómo Harry me ha sacado de todo su sistema.

***

Paso por Dan a la guardería más temprano de lo habitual, él con entusiasmo abraza mi pierna mientras me pide que lo alce, camino hacia mi auto haciendo preguntas sobre su día y me encanta escuchar su voz de bebé intentar darme respuestas.

Una vez estamos en el auto, me dirijo hacia el centro comercial, bueno, uno de los tantos que hay en la ciudad.

Cuando aparco en el estacionamiento, con entusiasmo, Dan da un gritito, emocionado ante la idea de nosotros dos obteniendo diversión en un centro comercial y no en el apartamento.

Apagando el motor, bajando del auto y bajando a Dan, coloco el seguro y, tomando la pequeña mano de mi hijo entre la mía, me adentro al centro comercial.

Dan observa todo maravillado, a pesar de que no le gusta compartir espacio con muchas personas, está bien con la idea de caminar en un centro comercial junto a otros.

Me deleito con la emoción de Dan cada vez que me hace detenerme frente a un local. En algún momento me hace detenerme frente a una tienda de animales en donde ve con maravilla a los cachorros desde el ventanal de vidrio.

—¡Mila nani!

Observo como un cachorrito marrón muy pequeño intenta lamer la mano de Dan a través del vidrio, y, siendo el niño tierno que mi hijo es, comienza a imitar los sonidos del cachorro, por lo que Dan acaba ladrando de una manera muy graciosa que acaba por hacerme reír.

H de Harry (BG.5 libro #1) Disponible en Librerías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora