Orgullo

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Observo a Thomas, quien juega a lo lejos del jardín con la hija de Sarah a las atrapadas, ambos niños son perseguidos por Cassandra, es una escena muy linda de apreciar.

La tristeza me va invadiendo poco a poco hasta que siento una lágrima rodar por mi mejilla derecha, añoro mi vida pasada, añoro la tranquilidad en la que vivía rodeada, pero al mismo tiempo duele. Duele saber que las personas que más amo en el mundo me engañaron desde que nací.

Siento una presencia a mi lado, limpio mi mejilla derecha y Bastián toma asiento, cruzando sus piernas alargadas una sobre la otra. El vigilante luce rejalado, en paz.–¿No estás enojada conmigo?–pregunta vacilante, después de unos minutos.

No tengo ninguna razón para estar enojada con él, con nadie.–No estoy enojada, estoy... decepcionada.

Bastián hace una pequeña mueca.–Eso es peor que el enojo.

Asiento en silencio y vuelvo mi vista hacia los chicos, ahora ya no están jugando, Cassandra está haciendo unos movimientos con sus brazos, los dos niños la imitan.–Lamento que te hayamos decepcionado Phoebe.–la disculpa de Bastián me sorprende, tanto como su mirada arrepentida.–A veces tenemos que hacerlo, sé que no es una excusa pero era necesario.

–¿No me dirás nada?–el chico niega lentamente y desvía su mirada a sus pies, luce totalmente apenado. Algo me dice que no es su culpa, sé que no lo es.–¿Cómo es la vida de un vigilante?–el castaño me mira con un brillo en su mirada y le sonrío.–¿Podrías decirme eso?

Él asiente efusivamente y ríe, su risa es contagiosa.–Bien, para empezar eso que ves ahí.–señala a Cassandra y los niños.–Es entrenamiento básico, todo es por niveles. A los catorce años comienza el entramiento y estudio.–frunzo el ceño y él asiente haciendo una mueca de disgusto.–Es... como una escuela mortal, con la diferencia que nos hacen estudiar sobre todo, historia, clasificaciones de razas etc. Esa es la primera etapa, un año de estudio, a los quince años comienza la segunda, medicina.–mis ojos se abren con asombro.

–¿Estudian medicina?

Bastián ladea y mueve su boca de una manera graciosa.–Algo así, no es la clásica medicina mortal. Es...

–¿Mágica?–termino decir por él, pero este niega.

–No nos gusta referirnos a las habilidades como "magia", es algo insultante. La magia son ilusiones ópticas, las habilidades no. En el caso de la medicina es combinar la ciencia con habilidades, como no somos inmortales... pues tenemos que aprender a auto curarnos, y a los que nos rodean. El tercer nivel es el más emocionante de todos, entrenamiento, los mejores vigilantes del mundo van a una academia en Suiza, es la mejor base que tene... teníamos.–su oración pierde fuerza, la expresión de nostalgia se puede notar a kilómetros.

–Bash.–el mencionado mira detrás de su hombro, lo imito y noto que Nicolás se va acercando.–Zara necesita tu ayuda para hacer la cena, dice que nadie cocina Yemistá como tú.

Una sonrisa se abre paso en los labios del chico que está a mi lado y rápidamente se pone en pie.–Nadie se resiste a mi sazón.–me dice dando un guiño para después irse hacia el interior de la casa.

Nicolás sigue el camino del vigilante con la vista hasta que entra, el chico de ojos oscuros dirige su mirada hacia mí y mira el lugar en donde estaba Bastián. Asiento levemente ante su pregunta no formulada y se sienta a mi lado en silencio, tanto que llega a incomodarme hasta que se digna hablar.–El mundo de los vigilantes es estricto Phoebe, tenemos un código. Tenemos reglas, ayudamos a mantener el orden de las cosas.–comienza a explicar, lo miro sin entender a qué viene su explicación sin embargo no le interrumpo.–Somos la línea que divide lo mitológico de lo mortal, en la antigua Grecia éramos tratados como niñeras, en la actualidad somos tratados con respeto y respetamos a todo aquel que nos vea como su igual. No somos enemigos, pero tampoco somos santos, como en toda comunidad siempre habrá pensamientos distintos, diferentes criterios y lo principal, malas intenciones.

Transcendence la Profecía(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora