I. ❝ Te perdono por siempre ❞

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En varias ocasiones, Luhan llegaba golpeado —ya le estaban esperando afuera, unos quince minutos antes de salir y retornar a casa—. Un ojo morado, la nariz sangrada, cabellos revueltos y uniforme sucio se apreciaba con tan solo verlo a la lejanía.

"Luhan, ellos te lo hicieron ¿cierto?"

"No te preocupes, no me duele"

"¡¡Por qué mientes, maldita sea!!"

"Está bien, en unos días sanaré, y ellos no podrán..."

"¡Ya cállate! Odio que seas débil"

Luhan ahora ya no es débil, ha cambiado mucho, ha cambiado demasiado por el amor que le tiene a Sehun, su único amor.



···

La primera vez que el amor fue doloroso, fue luego de una cita al cine. Habían ido tantas veces a ese lugar, Sehun le compraba rosetas de maíz con extra de mantequilla, una soda de fresa y gomitas de limón. Pero esa vez, algo cambió...

Luhan fue al baño, como siempre. Tal vez, ese día tardo un poco más de lo normal, ya que se había encontrado a un amigo de la infancia, tardaron mucho conversando —¿tal vez 5 minutos?—. Y Sehun miró algo por lo que después Luhan se arrepentiría. Se despidieron de manos y luego un abrazo, y ¡oh sorpresa! Sehun abrió la puerta en ese preciso instante.

—¿Qué haces? —preguntó con una falsa y forzada sonrisa.

—Él es un viejo amigo de la infancia, él...

—¿Te folló? —lanzó Sehun cruzándose de brazos, riendo aún.

—Mejor me voy, supongo que esto deben arreglarlo en pareja —dijo el ex-compañero de Luhan y salió de los sanitarios, muy intranquilo a decir verdad.

Finalmente la puerta fue cerrada y ellos dos se quedaron solos, sin nadie que les pudiese interrumpir.

—¡¿Sehun, qué ray-

Un estruendo hizo eco en las cuatro paredes, un golpe que Luhan jamás olvidaría; posiblemente sí, pero se lo obligaría su amor. Sehun echaba llamas por donde quiera que le viese. Por reflejo, llevó ambas manos a la mejilla punzante, y allí frotó suavemente, el miedo se esparció en su rostro, los rasgos dolientes y a punto de romper en llanto no fueron suficientes para ablandar el enojo en su pareja, ni siquiera un mínimo.

Solo quedaba en su mente asombro, y ese asombro se volvió incertidumbre.

—¿Q-Qué- —no podía hablar, su lengua había perdido las palabras, como si todo eso se hubiera borrado en un lapso demasiado efímero. Le costó entender el porqué, buscó alguna justificación, algo con lo que pudiese perdonarlo. Perdonar esos celos y malos entendidos, pues él no había hecho nada malo, ¿acaso se le podía llamar traición a un simple reencuentro entre amigos?...Que ahora ya no tenían nada que ver.

—Fue tu culpa, no debiste hacer eso.

—¿H-hacer qué? —preguntó con los ojos abiertos, expulsando un lago de congoja.

Sehun no pudo decir nada más, tan solo se viró y justo antes de salir, Luhan por fin entendió todo.

Así es el amor...

—Sehun...solo te amo a ti, jamás te traicionaría... —imploró su perdón sin que se diese cuenta del grave error, porque Luhan no era quién debía disculparse. ¿O cuál había sido su equivocación?

Perdonar; hunhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora