19. Celos de embarazada.

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—Como cincuenta.

Seguimos caminando, la gente está algo alborotada. Todos con compras navideñas, con emoción.

Channing parece tan cansado que tengo que agarrar una botella de agua y dársela mientras lo cargo en mis brazos.

Todo es algo desastroso cuando tengo que cargar al niño, empujar el carrito y contestar la llamada entrante.

—Dámelo, cariño —me dice Honey.

Agarra el carrito y le agradezco. Tomo el celular y sin ver la pantalla, contesto.

—¿Hola? —murmuro.

—¡Kerrick, hola!

Reconozco esa voz al instante. Claro que lo hago y me alegro.

—Hola, Jeanen —sonrío.

Honey me mira de reojo.

—Al fin te contacto, ¿cómo has estado?

Me pregunta un montón de cosas sobre mi vida. Si me he casado, si tengo novia, si tengo una familia, si completé mis estudios, etcétera.

Recuerdo a Jeanen perfectamente. Su cabello castaño largo y sus labios rosados que siempre parecían estar pintados. Fuimos algo en la adolescencia, pero no funcionó. Sin embargo, seguimos siendo amigos.

—¿Quién era? —me pregunta Honey.

—Jeanen, una amiga de la infancia.

Se planta. Las mujeres tienen un instinto cuando hay algo más, mi hermana no miente cuando me dice eso.

—Tuvimos algo cuando éramos más jóvenes —admito.

—¿Es delgada? —pregunta.

Frunzo el ceño ante su pregunta con confusión.

—¿Ah?

—Dime, ¿es delgada? —pregunta de nuevo—. Porque si es delgada no puedo hacer nada. Mírame, estoy como una ballena combinada con un jabalí y luego esa anoréxica te llama después de no-sé-cuanto tiempo para ver de tu vida.

—Nena, tienes que calmarte.

—¡Que se calmen mis ovarios!

Sigue caminando con prisa, mientras me quedo atrás con Channing.

—¿Qué son ovarios, papá?

—No son nada, hijo.

Alcanzo a Honey y hago que se plante, sus cambios de humor me dan miedo.

—Cálmate, rayito de sol.

—Rayito de sol, nada.

»Soy un cerdo. Entiende que me siento insegura porque una anoréxica operada te llama después de años para Dios sabe qué y tú sonríes. Además mis cambios de humor son horribles y voy al baño muy seguido, ¡además te preguntó si estabas casado y le dijiste que no!

—Pero, cariño...

Ella me detiene con la mano, me enseña el anillo de plástico que le regalé, lo carga después de que se comió el caramelo que venía en él.

—¿Y esto qué significa? —señala el anillo de plástico.

Se ve tan hermosa celosa.

—Es el símbolo de mi eterno amor y admiración por ti —le digo.

Amor. Amor y más palabras extrañas que siento que describen esto que siento por ella, pero no quiero asustarla. Si hasta yo me asusto cuando la observo muy seguido y me doy cuenta de cómo todo alrededor de ella se transfoma. Conforme pasan los meses esto se fortalece.

Su cabeza se golpea con algo de fuerza bruta contra mi pecho y yo acaricio su cabello.

***

Me giro en su dirección y ella ya me estaba mirando. Sonríe.

No quiero mentirle.

—Jeanen me quiere ver.

Deja de sonreír y frunce el ceño, sé que cometí un error. Pero a lo hecho, pecho.

—¡Te odio! —exclama y me da la espalda.

No me odia, así que me abrazo a su espalda como una babosa.














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Disculpen las faltas ortográficas y la demora del capítulo😭

Además entré al colegio y todo está feo😂😭

¡Inténtalo, Kerrick!Where stories live. Discover now