Conociendo a Mrs Brown © #PGP2020 [S.U.D.C #1] ❌

Capítulo Extra #1

¡Hola otra vez!

***

—Agente Green, ¿Tiene ya su primer informe en cuanto al caso Fernández?

Me detuve a las afueras del Treból, viendo a través de las vitrinas, mientras me dedicaba a escuchar la voz de mi superior por el teléfono.

—Tengo algunas fotografías de su mansión, y he intercambiado algunas palabras con algunos de sus empleados, señor —contesté con seguridad.

Miré hacia el interior de la cafetería; ahí, la bella chica de cabello negro que había cautivado mi atención desde hacía un par de semanas atrás, se movía entre las mesas con su libreta en mano, yendo por los pedidos.

—No me es suficiente esa respuesta, Mason.

—Señor, estamos tratando con un mafioso, no puedo simplemente entrar a su casa y amenazarlo con un arma para que confiese.

Una larga exhalación se escuchó a través de la línea. El jefe solía tener un carácter de mierda, no le importaba gritarnos o hacernos sentir como una completa basura, con tal de que hiciéramos lo que él deseaba; pero con el tiempo, había aprendido a tratarlo, y ahora incluso me atrevería a apostar, que me había convertido en su hombre de confianza.

—Supongo que usted sabe lo que hace, agente Green.

—Muchas gracias, señor. Le aseguro que pronto tendrá noticias mías.

—Recuerde que hoy debe de acompañar al agente Connor a las carreras.

—Como usted diga, señor.

Después la línea se había quedado en completo silencio. Guardé el teléfono en la bolsa de mis pantalones y exhalé pesadamente, antes de encontrar el valor para empujar ambas puertas de la cafetería y caminar hacia mi sitio habitual.

Sostuve el periódico en mi mano, tomé el sitio al lado de la ventana y después abrí las hojas frente a mí para así no llamar la atención.

Ya tenía práctica en ello, fingir leer un simple periódico mientras observaba todo lo que ocurría a mi alrededor, a la vez que trataba de convencerme a mí mismo de que era lo suficientemente fuerte para poder hablar con esa chica.

—Buenas tardes, bienvenido al Trébol —su voz... su suave voz a través de los murmullos que se escuchaban a mi alrededor, era como una dulce melodía—. ¿Puedo tomar su orden?

Levanté el periódico para ocultar más mi rostro, odiándome por no tener el valor de verla a los ojos.

—Un café negro sin azúcar por favor —me limité a contestar.

—¿Algo para acompañarlo?

—No —me aclaré la garganta para matar los nervios—. Así está bien, muchas gracias.

—Claro, en un momento estoy contigo —la escuché sonreír, y después sus pasos al alejarse.

Bajé el periódico y la observé caminar. Su largo cabello negro lo tenía sujeto en una coleta alta, sus extravagantes ropas la hacían lucir única; nunca había conocido a una chica que no le importase verse como una modelo de revista, ella simplemente parecía ser feliz tal y como era.

La observé intercambiar algunas palabras con un castaño que se encontraba cerca de la cocina, después ambos ingresaron dándose pequeños empujones con sus hombros.

Me fue inevitable no sonreír. ¿Era posible enamorarse de alguien con sólo observarla? Nunca había sentido un sentimiento de ésta magnitud al estar con otra chica; Tessa había derribado todas mis barreras, haciéndome desear el hecho de compartir toda mi vida con ella. No podía sacar de mi mente sus gestos y ademanes, me había aprendido de memoria cada parte de ellos, como la manera en la que arrugaba su nariz cuando no sabía que responder a algo, o la manera en la que giraba sus ojos cuando estaba molesta. O incluso, la manera en la que jugaba con sus dedos cada vez que estaba nerviosa.