Conociendo a Mrs Brown © #PGP2020 [S.U.D.C #1] ❌

Capítulo 30| "Eso no es asunto tuyo"

#MartesMarrones

***

Dos horas después, los cuatro nos encontrábamos sentados en una mesa cerca de los grandes ventanales de vidrio de una heladería con estilo rústico. El lugar es agradable, las paredes y el piso son de madera de caoba, pintadas de color verde agua. Gente charla en las mesas cercanas, sobre caballos, haciendas gigantes; en el centro del sitio está ubicada una rockola que reproduce una canción del estilo country, lo que hace que me transporte a una de esas viejas películas de vaqueros del oeste.

—¿Qué tipo de helado te gusta? —le pregunto a Caleb, inclinándome hacia él. Él me observa fijamente, tomándose su tiempo en contestar.

Curiosamente había notado que el pequeño rubio de ojos negros había permitido que su tío lo tomara de la mano cuando bajó del auto. Me resultó extraño, puesto que Caleb había estado escapando de su tío cada vez que éste se le acercaba.

—De limón —contestó en voz baja.

—¿Y a ti? —le pregunté a Gael.

—¡Vainilla! —exclama éste con emoción.

—Y supongo que el tuyo será chocolate —me susurra Mason pasando un brazo sobre mis hombros para acercarme a su costado.

—Supones bien.

—¿Ya han mezclado sus nombres? —me vuelvo hacia Gael, quien se inclina con sus manos sobre la mesa, observándonos con una chispa de diversión en sus pupilas azules.

—¿A qué te refieres? ­—le pregunto, elevando las cejas. Él se encoge de hombros.

—El tío Anthony dice que todas las parejas cursis mezclan sus nombres.

Me río y niego con la cabeza.

—Gael... en serio, deja de escuchar tanto a tu tío Anthony —le reprende Mason.

—Déjalo, Mason —lo empujo con mi brazo, a lo que él me aprieta más. Se inclina y coloca su boca en mi oído.

—¿Podrías hacerme un favor?

—Si es algo relacionado con bailar country sobre la mesa, olvídalo —se ríe, y me da un beso en la cabeza.

—No me llames Mason por hoy —lo observo y elevo una ceja en su dirección.

—¿Cómo quieres que te llame?

Rasca su nuca con una mano mientras hace una mueca con sus labios, viendo directamente hacia un chico que camina en nuestra dirección.

—¿Qué tal T?

—¿T? ¿Te sientes bien, amor?

—Perfectamente.

Sonrío y beso su mejilla.

—De acuerdo... T ­—me pellizca la mejilla y se vuelve hacia los enanos, quienes juegan con los palillos de dientes, sobre la mesa.

—¿Listos con su pedido? Ahí vienen por la orden —les comunica, estirando sus dos manos para desordenar sus cabelleras rubias.

El chico alto de cabello castaño y de ojos claros que vi caminar en nuestra dirección, se detiene frente a nuestra mesa sosteniendo una libreta y un lapicero en sus manos.

Sus pupilas reparan en mi rostro, antes de sonreír abiertamente al ver a Mason.

—¡T! ¡Amigo! ¡No sabía que habías regresado! —lo saluda con emoción.