Capítulo 22| "¡Quiero conocer al verdadero Mason!"

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#SábadosMarrones

***

—¡Tessa! ¿Qué mierda crees que estás haciendo? —sus ojos grisáceos se encontraron con los míos a través del vidrio empañado por el agua que no dejaba de caer; mi ropa se encontraba completamente empapada y mis manos estaban entumecidas por el frío, pero aun así estaba seguro que permanecería en ese sitio hasta que me asegurara de que ella iba a estar bien. ¿Qué me había hecho esa chica? ¿Por qué ahora sentía que no iba a poder vivir si dejaba de ver esos enormes ojos grisáceos? Desee patearme el trasero con una bota, no se suponía que debía de enamorarme así de rápido.

Las esquinas de su boca se alzaron en una sonrisa, mientras elevaba una mano y fingía no escucharme. Maldije con los dientes apretados sin dejar de golpear el vidrio con mis nudillos.

Una fuerte presión se había instalado en la base de mi estómago, provocando con ello que me dieran terribles náuseas al suponer en la desgracia que podía traer la lluvia otra vez.

La lluvia... ese indefenso líquido que ahora me hacía titiritar del frío se había llevado algo valioso para mí, y no dejaría que se llevara a alguien más con ella.

Las pupilas de Tessa continuaban escrutando en las mías, una de sus cejas se alzó, tratando de retarme. Tragué grueso y sacudí la cabeza en negación, coloqué una de mis manos sobre el vidrio y dejé escapar una gran bocanada de aire.

—Tengo miedo —gesticulé, para que pudiera entenderme.

No podía pensar en otra cosa que no fuera el temor que sentía en ese momento por la maldita lluvia. Rogaba al cielo que se detuviera, mientras continuaba suplicándole con la mirada a Tessa para que no corriera. Temía que la historia se repitiera otra vez, temía que el mal clima me la arrebatara a ella también.

Cerré los ojos con fuerza mientras hacía una mueca con los labios; si algo llegaba a pasarle, nunca podría llegar a perdonármelo. Así que rodee el auto y sin pensármelo dos veces, abrí la puerta de Theo, la cual para mi suerte se encontraba sin el seguro correspondiente. Tomé a mi cuñado del cuello de su camiseta y lo obligué a salir, ignorando el hecho de que acababa de mandarme a la mierda. Subí a su lado, sin dejar de mirar a sus pupilas grises las cuales continuaban observándome con atención.

—No vas a detenerte —afirmé. Tomé con mis manos el cinturón de seguridad y lo pasé sobre mi pecho—. Entonces corramos.

—No quiero que vengas conmigo —espetó, arrugando su frente con molestia.

—Intenta impedírmelo.

—¿En serio piensas que yo...?

—¿Qué si no creo que seas capaz de golpearme las pelotas ahora mismo para que baje del auto? —la interrumpí. Chasquee la lengua y levanté mi mano para sacar el agua que se había quedado entre las hebras de mi cabello—. Claro que lo creo. Pero te aseguro que aunque me saques los ojos y me arranques las pelotas, no vas a lograr que te deje ir sola en esta locura.

—Pues entonces será tu problema.

Dirigió su mirada hacia el frente, agarrando el volante con tanta fuerza, que incluso los nudillos tomaron una ligera palidez ante la falta de circulación de la sangre. Aún me parecía increíble hasta el punto en que podía llegar su testarudez. ¿Acaso cada vez que peleáramos iba a poner su vida en riesgo de esta manera? Sin evitarlo, comencé a sentir como la sangre me hervía ante mi repentino ataque de rabia que se había apoderado de mi organismo. Ella estaba comportándose como una niña caprichosa.

—¿Te das cuenta de lo inmadura que estás siendo? ¿En serio vas a correr sólo por haberte disgustado conmigo?

Bufó con sarcasmo, sin prestarme la mayor atención.

Conociendo a Mrs Brown © #PGP2020 [S.U.D.C #1] ❌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora