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"¡Ya deja de golpearla! gritó un Samuel de 12 años de edad.

El hombre que se supone debía llamar "papá" estaba en el piso, golpeando a su esposa por segunda vez aquella semana.

En cuanto escuchó los gritos de Samuel, detuvo sus golpes y empujó a la mal herida mujer, lo que hizo que su cuerpo golpeara con fuerza el piso.

Tú, maldito hijo de perra... dijo su padre con los dientes apretados. Eres un bastardo".

Samuel abrió los ojos de golpe tras aquel horroroso recuerdo. Su cuerpo estaba perlado en sudor, sus mejillas estaban rojas y su cabello se pegaba a su ya húmeda frente.

Levantó las sábanas blancas de su cama y se llevó una sorpresa.

Avergonzado, se puso de pie y retiró las sábanas húmedas para llevarlas al cuarto de lavado.

—¿Cariño? —Preguntó su madre a sus espaldas—. ¿Qué haces? Son las 4:00 de la mañana, deberías estar durmiendo.

—Me oriné de nuevo, mamá... —respondió avergonzado.

—¿De nuevo las pesadillas?

Samuel mordió su labio inferior y asintió con la cabeza.

Suicida | wigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora