Capítulo 8

71 1 0
                                    

Capítulo 8

Nos hemos quedado solos. Hux se ha ido a trabajar. Todavía nos cuesta un poco asimilar todo lo que ha sucedido, pero nos empezamos a acostumbrar. Aunque tenemos muchas ganas de explorar la ciudad, Hux nos ha dicho que no salgamos de aquí si no está él, que cuando vuelva nos acompañará. La verdad es que sabemos bastantes cosas de las ciudades, pero muchas son por películas y libros, así que podemos deducir que no todo lo que sabemos es cierto. Además, no tenemos dinero, de modo que pocas cosas podemos hacer.

Hemos investigado la sala 54 del hotel. No es muy grande, la verdad. Hay un baño y tres habitaciones, aparte del salón. Las habitaciones tienen ventanas amplias al exterior, lo que para mí sigue siendo una novedad, dos camas, un par de armarios, un escritorio y una silla, son habitaciones similares, excepto una habitación algo más pequeña con una cama grande, será donde dormirá Hux, supongo. El baño también tiene una ventana, aunque más pequeña, es completamente blanco y la ducha es idéntica a la de mi sector. No está mal, en realidad, pero ahora que he descubierto que hay un mundo grande ahí fuera deseo explorarlo.

Por el momento estamos haciendo lo mismo que haríamos normalmente. Yo estoy leyendo un libro, y los demás están viendo una película. Han transcurrido veinte minutos de discusión entre Skyan y Ennua, porque él quería utilizar una consola de videojuegos que ha encontrado en una estantería, y ella ver una peli. A Nine le daba bastante igual. Al final habían pactado ver una película y después jugarían. La discusión me ha obligado a leer la misma página cinco veces porque no me podía concentrar por sus gritos, hasta que les he gritado que hicieran algo pero que dejasen de discutir, que no podía leer en paz. 

El libro está bastante entretenido. Es el típico libro de aventuras sobre un personaje que busca un tesoro y se encuentra multitud de problemas en camino, pero tiene algo que me fascina y que le diferencia del resto, no sabría decir el qué.

La película que ven mis amigos es una de acción, no sé exactamente de qué trataba porque yo iba a mi rollo, pero sé que había alguna que otra explosión y mucha muerte brutal. La verdad es que ni idea, no me he enterado de nada, como digo, estaba completamente concentrado en mi libro.

La peli se termina. Nada más saltan los créditos Skyan se levanta a conectar la videoconsola. La verdad es que a mí también me apetece probarla, así que dejo el libro a un lado y ayudo a conectar todo. Estamos un buen rato buscando dónde conectar las cosas, sin éxito. Al final Ennua y Nine intentan ayudarnos a colocarlo todo, pero no hay manera. Hay dos cables que no encajan en ningún sitio. Desistimos. La verdad es que ahora no me apetece leer más.

—Tiene que haber algo más que hacer por aquí —dice Ennua, buscando por la estantería de las películas.

—Yo no quiero ver otra película —comenta Skyan.

—No, no, yo tampoco —les digo. No soy muy de ver películas, lo hago muy de vez en cuando, y si no queda más remedio. No sé, prefiero leer.

Mientras buscamos por una librería Nine abre un cajón y suelta un "oh". La miramos.

—¿Qué pasa? —le pregunta Ennua.

—He encontrado esto —saca la caja de un juego de mesa. No, no puede ser.

Es el juego al que jugamos con Zhena, el juego de los dragones. Skyan y Ennua me miran.

—A este juego os puedo dar una paliza increíble —dice Nine. De pronto nos mira extrañada, y titubea—. ¿pasa algo?

Nos miramos un momento. La verdad es que el juego es muy divertido, pero me hace pensar en Zhena...

Skyan es quien se lo explica:

Las tres puntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora