Capítulo 3

49 2 0
                                    

Capítulo 3

De momento él no se da cuenta, está celebrando su victoria riéndose de mí y llamándome paquete. Miro el símbolo de mi muñeca, también brilla. Ambos resplandecen del mismo modo. 

—¿Pero no has visto mi ataque? Te he dado en toda la cabeza, ¡ZUM! ¡qué paquete!

Tengo que levantar el brazo y señalar mi triángulo con el dedo para cerrarle el pico de una maldita vez, porque si no se calla él le callará mi zapato en su boca. Deja de reír progresivamente. Me mira a los ojos, luego a la muñeca, y luego otra vez a los ojos. Y dice:

—Pero... es imposible... es decir, ¿por qué?

Su tono de sorpresa calma un poco mis ganas de golpearle por reírse de mí.

—La tuya también, mira. Debe de ser un efecto de esta zona. Pero no es eso lo que me preocupa, me parecería curioso pero normal. Mi pregunta es por qué me pasó en la ducha la otra vez —. Le contesto. Se mira la muñeca, aún más sorprendido. Iniciaré una discusión calurosa con él si todavía me dice que es mentira que me haya brillado en la ducha. 

—Está bien, te creo. No sé, no me parece muy normal que esto suceda, ¿no? ¿Nos han metido paneles de luz debajo de la piel? ¿Somos robots? ¿Es ese el secreto? —se lo está tomando a broma, como todo y como siempre. A mí no me hace gracia. Me resulta interesante cuanto menos, pero inquietante. ¿Por qué nadie nos dijo nada? Wona también tiene un triángulo en el brazo, debe de saberlo. ¿Sabe él que puede brillar? ¿Sabe por qué? ¿Qué más nos están ocultando?—. Bueno, luego le preguntaré a mi instructor. Es muy raro, mira, sigue brillando.

Decido que será lo mejor, y seguimos luchando. Después de la primera partida me gana dos veces más, pero las cuatro siguientes las gano yo. No echamos una quinta porque ambos nos sentimos muy agotados. De todas maneras quedan quince minutos de hora libre, es mejor estar ya en la planta 500. Nada más salir de la zona 345 mi triángulo y la luna de Skyan vuelven a la normalidad. Me siento bastante más cansado de pronto.

—Skyan. No le digas nada a tu instructor. Mantengámoslo en secreto de momento. Este asunto me da mala espina  —le digo de pronto. Él asiente y responde, hablando con seriedad por una vez:

—De acuerdo. Empiezo a estar bastante confuso, hay algo que no encaja.

 Entramos en el ascensor y llegamos en un momento. Justo cuando salimos nos topamos con Zhena. Me arrepiento un poco, me he olvidado de ella desde que empezó la hora libre, y se me ha olvidado preguntar a Ennua si conoce a la amiga de Zhena. Me da un nosequé en el estómago cuando justamente eso es lo primero que me dice:

—Hola Zhoun, te he estado buscando. ¿Sabes algo de mi amiga? ¡Sigo sin saber nada de ella!

Maldita sea.

—Eh... se me ha olvidado preguntarle a Ennua... Ahora mismo voy, ¿me acompañas? —le respondo, como disculpa.

—Claro. Por cierto, ¿este es tu amigo? —me fijo en que le mira con más interés que a mí.

—Sí, soy Skyan. Zhoun no me ha hablado de ti. ¿Cómo te llamas? —de pronto me imagino metiéndole un puñetazo en la boca al tonto de mi amigo. "No me ha hablado de ti", ¿Pero a ti que te pasa?

—¿Ah no? —pregunta, un poco dolida. Vuelvo a notar el nosequé en el estómago—. Bueno, me llamo Zhena. Acabo de llegar a este sector, y me siento un poco perdida, pero ya me acostumbraré.

—Al principio resulta duro, pero después te acostumbras y te gusta. Porque en el otro sector siempre necesitas un acompañante y aquí vas de por libre —le digo.

Las tres puntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora