Capítulo 2

54 2 0
                                    

Capítulo 2

Noto que todo da vueltas a mi alrededor. Alguien me golpea en la cara varias veces. Intento abrir los ojos y lo primero que veo son los ojos de Wona, que me ha despertado dándome palmadas en la cara. Parpadeo varias veces, me está hablando. Poco a poco voy captando las palabras que salen de su boca:

—¡...y si no te levantas rápido vas a llegar tarde a comer, sólo te queda un punto!

Miro mi identificador. Me he pasado al menos diez minutos en el suelo. La habitación está vacía, sólo quedamos Wona y yo, así que me obligo a levantarme. Mi inspector me ayuda tirándome con fuerza del brazo, y de pronto me doy cuenta de que sigo muy mareado. Me esforcé demasiado al intentar levitar. Voy dando traspiés hasta la salida, y la cruzo para llegar al pasillo. Tengo que volver a ir al comedor. La mañana se me ha pasado bastante rápido, pero no obstante estoy hambriento. El mareo se me va pasando según voy acelerando.

Mientras corro por el pasillo me topo con la chica nueva, parece muy nerviosa. Aun sabiendo que me estoy jugando una semana de castigo bien hermosa, me detengo y decido ayudarla.

—¿No encuentras el comedor? —. Le pregunto.

—Estoy muy perdida. De pronto me han traído aquí, ¡es bastante distinto al otro sector! —. Contesta, algo alterada. Recuerdo el cambio que supuso venir a este sector. En cuanto llegas a los doce años, te traen de un sitio donde te ayuda todo el mundo a otro donde tienes que saber desde el principio dónde está todo. Perdí mis primeros tres puntos rápidamente, y el castigo fue lo suficientemente duro como para espabilarme enseguida. No obstante, sigo llegando tarde muy a menudo, no tengo remedio.

—No te preocupes, yo te guío. Es por aquí. Tenemos que darnos prisa o nos meteremos en líos. ¿Cómo te llamas?

—Zhena, me llamo Zhena. O B04765. Nunca sé qué nombre le interesa a la gente, así que suelo decir ambos —Me comenta. Parece bastante nerviosa. Bueno, yo también lo estoy, si llego tarde y me quitan el tercer punto, otra vez, ya me han avisado que emplearán métodos más agresivos para enderezarme, y ella al menos tiene los tres puntos, si llega tarde solo perderá uno.

—Yo soy Zhoun, o B02945. La verdad es que sólo necesitas decir tu nombre, el código lo llevas en el identificador siempre.

Hablamos un rato. Me dice que tenía una amiga en el otro sector que fue supuestamente llevada aquí hace un par de meses, pero yo no tengo ni idea. Le pregunto por el símbolo de su brazo, y me dice que es un cuadrado, así que le digo que posiblemente Ennua la conocerá. No podemos hablar mucho más, porque llegamos al comedor. Paso el identificador por el sensor, y recibo un plato de caldo, un vaso de agua y un trozo de pan. Al maldito suertudo de Skyan le han dado un bistek de ternera de lo más jugoso, acompañado de patatas fritas. No sé cómo lo hace, se mantiene más sano o trabaja más en el gimnasio, pero siempre le cae algo más rico y completo que a mí. Le miro con mal humor y sonríe, burlón. Me dan ganas de tirarle el pan a la cara, pero como sé que recibiría un castigo, no lo hago. No obstante sí que hago el gesto de lanzárselo. Miro rápidamente a un guardia que está a diez metros de mí, pero él está mirando hacia otro lado, así que no ha visto mi gesto agresivo. Si lo hubiese hecho, sí, posiblemente me habría metido en un lio. Así de estrictas son las cosas aquí.

A Ennua le ha tocado casi lo mismo que a Skyan, un bistek, pero sin patatas fritas. Zhena se sienta cerca, con un plato de macarrones, que también me apetecerían ahora mismo. Por lo visto soy el único al que le ha tocado caldo. Creo que la pérdida de puntos también inciden directamente en las comidas que recibes, aunque no estoy seguro del todo. Mientras sorbo el caldo con la cuchara voy mirando los identificadores de mis amigos a ver cómo les va. Skyan tiene el B01393. También tiene los tres puntos. Es más espabilado que yo, lo cual es normal en parte, porque tiene dieciocho años, dos más que yo. Ennua igual, dieciocho años y ninguna infracción en el identificador. Ella es el B01318. 

Las tres puntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora