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-¿Sabes? Recientemente me he dado cuenta de una cosa -ese día ambos nos encontrábamos en su auto, camino a la escuela de Collin y Lynn. Me comenzaba a preguntar por qué Fran tenía tanto tiempo libre, ¿acaso no estudia?- Cuando te digo algo lindo y romántico simplemente me ignoras y rompes mi corazón, pero cuando te toco me sigues el juego. Si yo no fuera todo un caballero, ya me estaría aprovechando de la situación. 

-¿De qué demonios estás hablando? Te estas aprovechando, el otro día tú...

-No me hagas recordarlo porque estoy al volante -lo miré y noté como se sonrojaba-, tendremos un accidente si me desconcentro. Todo era mas fácil cuando te hacías la difícil, entonces yo no tenía expectativas y no me daba vergüenza.

-Si quieres te vuelvo a ignorar, no me molesta -llegamos a un semáforo y todos los chicos que se ponen a limpiar autos se comenzaron a acercar, no reconocía a ninguno porque se trataba de un lugar diferente a donde Fran siempre me interceptaba. Uno de ellos se acercó y cuando creí que el hippie a mi lado le diría que si, vi como negó y el chico de fue molestó- Hipócrita, ¿qué fue eso?

-¿Eso? ¿Pretendes que diga que si a cualquiera? -la luz cambió y puso a andar el coche de nuevo-. A pesar de lo que la gente pudiese pensar yo no soy un fácil, solo le expreso mi amor a selectas personas, y además siento que si dejo que cualquiera toque a mi bebé, estaría traicionando a mis amigos. 

-¿De alguna manera me estás insinuando que eres alguien fiel en tus relaciones para que así salga contigo? -pregunté viendo el colegio de mi hermano a lo lejos.

-Depende, ¿está funcionando?

-No.

-Bueno, es hora de cambiar mi estrategia por una más indecorosa -se estacionó y ambos salimos de su auto, se acercó a mi y tomó mi mano. Fuimos a la entrada del colegio y permanecimos así sin soltarnos, poco después todo el mundo comenzó a salir.

-Tomarnos de la mano no es indecoroso -dije.

-Eso no es lo que vas a decir mas al rato -respondió de forma despreocupada. Estaba a punto de preguntarle qué demonios planeaba hacer cuando escuché a Lynn levantar la voz.

La vi junto a Collin y otra niña, parecía que peleaban. Bueno, las dos niñas discutían mientras que mi hermano estaba parado en medio de ellas luciendo incomodo. Mi instinto de hermana me decía que se encontraba en medio de un triangulo amoroso, me sentí extraña por dos razones. 

La primera era porque no sabía que Collin era tan popular como para tener a dos chicas discutiendo por él. La segunda era porque su vida amorosa era mas interesante que la mía, pero al menos tenía a Fran.

-Oh, no... -murmuró él a mi lado.

-¿Qué? -pregunté.

-Estamos presenciando una pelea amorosa, Lynn se pondrá insoportable, ¿y sabes que es lo peor? -negué-. Que ella ya no querrá ir a tu casa hasta que resuelvan su asunto, lo que quiere decir que no te voy a poder ver y eso afectará nuestra relación.

-¿Cuál relación? -pregunté a propósito para molestarlo pero Fran me ignoró y continuó hablando.

-Pero no te preocupes, no dejaré que esos dos se interpongan entre nosotros, aún si terminamos convirtiéndonos en la versión moderna de Romeo y Julieta.

-Una versión muy pirata de Romeo y Julieta -agregué.

-Lo que sea. Mira, ya vienen, actúa natural y haz como si no los hubiésemos visto -nuestros hermanos se acercaron con un semblante serio y molesto, caminaban a una distancia considerable del otro-, ¿qué pasó? ¿Se pelearon? ¿Problemas en el paraíso? -fue lo primero que Fran les preguntó cuando llegaron a nosotros.

No me laves el autoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora