08: "Confiando en él"

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—Elisa, es hora de que te acompañe a casa —dice Jacob apartándo la mirada matadora que le dirigía a Marcel, para observarme a mi.

—Puedes irte, yo la puedo acompañar —interviene Marcel tomándome del brazo inesperadamente.

—Conmigo está mas segura, además yo la invité a salir, así que yo la regreso —masculle Jacob solo para que Marcel escuche, pero le salió del fracaso, porque me había sonrojado ante lo dicho.

—Jacob, puedo irme sola.

—De ninguna manera —se niega. Me asusto cuando veo que su ojo estaba algo hinchado por el golpe que le había proporcionado mi ex.

—Se te está hinchando el ojo —Me acerco a su rostro para observar mejor.

—Eso no importa.

—Claro que sí, Jacob —digo con impotencia.

—Elisa, es mejor que él se vaya a curar a su casa —dice Marcel entre dientes.

Negué.

—Vienes conmigo Jacob, te daré una compresa y trataré de arreglar ese moretón.

—No es...

—Si lo es, me siento culpable —interrumpí.

—Entonces yo los acompaño... —dice Marcel cruzado de brazos.

¿Y a éste que le picó?

—No hace falta Marcel, mañana hablamos.

—Entonces, ¿ustedes dos solos? —cuestiona mirándome enojado.

—¿Algún problema? —pregunta Jacob frunciendo el ceño.

—No, para nada... Mejor regreso a mi casa.

Marcel entró en el edificio, y yo me quedé con Jacob. Había oscurecido, así que decidimos que iríamos a mi casa.

Subimos en el ascensor con un silencio pulcro, y cuando abrí la puerta, el rostro alegre de mi madre me hizo sonreír.

—Hija, ¿quién es éste muchacho? —cuestiona mi madre acercándose a Jacob.

—Un amigo... Louis volvió, no esperé encontrarlo en la entrada, y mucho menos que golpeara a Jacob —digo buscando una compresa fría.

—¡Ese muchacho! No lo quiero ver en mi casa —exclama mi madre enfadada, y su mirada viaja hacia mi amigo —. Eres muy guapo Jacob, espero que tú seas un buen novio.

Estaba bebiendo agua, pero al escuchar lo que había dicho mi madre, sale de mi boca disparada hacia el suelo.

—No mamá, deja de decir esas cosas...

—Tenga por seguro, que si llego a ser novio de su hija, nunca voy a hacer algo que la lastime —dice Jacob tomando de las manos a mi madre gentil. No pude evitar sonrojarme y sentir esas típicas mariposas en el estómago, pero yo nunca tendría nada con él.

—Es bueno saberlo, hijo.

Esperen, ¿mi madre acaba de decirle hijo? Si nunca había sido tan cariñosa con mi ex, ¿por qué con Jacob se comporta diferente? Es extraño.

El chico toma asiento en la silla cuando se lo pido, y mi mamá decide entrar a su habitación. Limpio su herida intentando no lastimarlo, y mis manos no pueden evitar temblar ante el tacto. Éste chico tiene un rostro perfecto, ¿nunca ha tenido las tediosas espinillas? ¡Puff! Eso debió de ocurrirle hace mucho tiempo. Cada uno de sus rasgos eran hermosos, y me costaba concentrarme en la herida estando tan cerca de él.

—¡Auch! —soltó un quejido.

—Lo siento... —susurro.

—Te vez linda concentrada —musita cerca de mi rostro. Sus palabras hacen eco en mis oídos, y mi corazón vibra de inmediato. Lo que dijo estaba haciendo efecto en mi de alguna manera.

—No seas tonto —Él sonríe.

—¿Qué te hizo ese idiota? —pregunta, y de inmediato dejo de curarlo.

—Jacob...

—Puedes confiar en mi —insiste.

—Está bien —suspiro y dejo a un lado el agua oxigenada —. Estaba en una entrevista de trabajo, y ya era definitivo que nos quedariamos los dos a vivir juntos, cumpliendo nuestros sueños, y estudiando las carreras que más nos atraía. Una secretaria dijo que la pospondría para la siguiente semana, y cuando regresé a casa...

Sentía mis mejillas mojadas, y eran lágrimas que no podía contener.

—No digas más.

—Continuaré —digo —. Era su día libre, así que se había quedado en casa... Cuando llegué, y entré en su habitación había una chica, qué decir de ella, parecía una modelo bien pagada. Pero lo peor de todo, es que se estaban besando, y él no hacía nada para detenerla.

—No te merece, es un imbécil —dice Jacob secando mis lágrimas delicadamente con la yema de sus dedos.

—No lo culpo, sé que fue un idiota por engañarme, pero yo nunca le había dado lo que tanto quería... —Se me sale por decir, soy una bocona.

—¿Qué era lo que quería?

—No es nada, es mejor terminar...

—Sea lo que sea, no te respetó. Elisa, muchos querrían haber estado en su lugar.

—Exagerado —sonrío.

—Para nada, hablo muy enserio.

Y así pasaron las horas, conversando estupideces que me hacían reír y sentir mucho mejor. Desde ese día, supe que Jacob sería alguien importante para mi vida, porque causaba ese efecto de paz y dulzura, además de ese aire de confianza y amistad.

Hasta que llegó el momento de despedirmos, el subió a su moto, la cual estaba no muy lejos de mi residencia —pero, quise acompañarlo aunque me regañara negándose —Sin embargo, quería verlo marcharse con su monstruoso transporte. Luego, volví a casa y caí en un profundo sueño, del cual no quería despertar por un buen rato.

N/A: Quiero agradecer todo el apoyo, y de verdad deseo que la novela les esté agradando. Dejen comentarios acerca de lo que piensa sobre Jacob.

¿Quién les gusta más? ¿Marcel o Jacob?

No olviden comentar y votar, los quiero mucho.

Fátima Luna.

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