Capítulo 9.

252 14 0
                                    

—Sabes, me quedan dos días aquí solamente. —Dije una vez que ambos nos habíamos acomodado sobre los escalones de la entrada del hotel. Yo aún tenía mi teléfono en mi mano, dado que me encontraba mandándome mensajes de WhatsApp con mis mejores amigas, pero Justin no dejaba de observarme como queríendome escuchar o comentar algo, no lo sé. 

—Fue divertido.—Dijo levantando sus rodillas y rodeándolas con sus brazos. 

—Si. Hum, ¿tienes celular? quizá podríamos intercambiar números y hablarnos. —Sugerí girando mi cabeza para observarlo. 

—Si, claro. —Sacó su teléfono de uno de sus bolsillos de sus bermudas y lo encendió. —Dame el tuyo. —Exclamó mirándome. 

Una vez que habíamos intercambiado números telefónicos, nos quedamos unas horas mas allí sentados, contemplando el alboroto de gente que inundaban las calles dado que ya estaba anocheciendo y todos salían a pasear o a buscar algún lugar para cenar. 

—Tenemos que ir al muelle esta noche. —Propuso Justin luego de un largo silencio contemplando la multitud. 

—¿Para qué? —Pregunté sin mirarlo y encongiéndome de hombros. 

—Son tus últimas noches aquí, te falta ver un atardecer, ¿verdad? —Me miró a los ojos y arqueó una ceja. 

—Me parece bien. —Fruncí los labios convencida. 

—Vamos. —Se puso de pie enseguida y me tendió la mano nuevamente con una sonrisa. 

Luego de esa extraña proposición, nos dirigimos hacia la playa, buscando el muelle y adentrándonos en él. En ese momento estaba llendo de pescadores en busca de buena suerte con los peces, dado que faltaban solo unos minutos para el inminente crepúsculo era el momento mas tranquilo y adecuado para hombres que quisieran estar solos y concentrados en ese espacio.

—Asi que, ¿qué fue lo que mas te gustó de estar aquí? —Justin nuevamente inclinado sobre el barandal, no decidió mirarme a los ojos, sino que fijó su vista en el horizonte donde se suponía que debía esconderse el sol.

—No lo sé. Supongo que todo. —Suspiré —Siempre las vacaciones con mi familia habían sido un completo fracaso. Me aburría mucho. —Dije resoplando. 

—Me pasaba lo mismo, pero yo vivo aquí. 

—Déjame decirlo, pero no luces como un chico que vivió aquí toda su vida. —Sonreí y lo miré. 

—¿A que te refieres? —Frunció el ceño divertido. 

—Pues, yo me imaginaba a los chicos de aquí como los muestran en las películas o revistas. Muchachos llenos de músculos, bronceados y especialístas en deportes acuáticos. —Dije riéndome. 

—Bueno, esa descripción no pertenece a mí. —Rió. —Me ocupo la mayor parte del tiempo en ayudar a mi papá con el trabajo. —Se puso serio nuevamente y posó su vista al frente. 

—Aún sigo envidiando tu vida. —Mencioné riendo. 

—Te voy a extrañar, demonios. Fue lindo tener una amiga de verano. —Torció su boca hacia un costado en una mueca. 

—Si, pienso lo mismo. —Murmuré. 

Luego de quedarnos en el muelle por mas de media hora, caminamos de vuelta hacia el hotel, y allí me encontré con mi mamá y mis hermanas en la puerta. 

—Iremos a cenar, ¿vienes? —Me dijo mi mamá observándome y revolviendo su bolso. 

—Hum, si, claro. —Miré a Justin y él entendió perfectamente. 

—Nos vemos luego. —Me dijo él alejándose y entrando en el hotel. 

Después de eso, encontramos un lindo restaurante de parrillada en donde con mi familia decidimos cenar. Tengo que decir que fue la mejor comida de todas, dado que la carne era exquisita. Estaba completamente llena, cuando una ola de preguntas típicas de mamá me asotó. 

—¿Qué anda pasando entre tú y ese chico? —Preguntó ella observádome de reojo mientras se llenaba el vaso con mas gaseosa. 

—Hum, nada. Nos hicimos buenos amigos. —Exclamé con el tenedor en mi mano y jugando con la sobras de mi comida. 

—¿Son novios? —Dijo Cindy inocentemente.

Casi me ahogo con mi propia saliva, y tardé varios segundos en contestar.

—Claro que no. Somos amigos. —Dije arqueando las cejas y mirando amenazadoramente a mi hermanita. 

—Pues, es un lindo chico. —Sugirió Emily tomando un sorbo de su jugo. 

—Si, lo és, pero somo amigos. Nada más. —Volví a insistir. 

Luego de aquella incómoda charla, volvimos al hotel para prepararnos para nuestro último día en este hermoso lugar. 

Pero lo que me tenía mas loca, era saber que no volvería a ver a Justin nunca mas, porque no queriendo aceptarlo sabía perfectamente que un amigo de verano después es difícil de localizar. 

Sabía eso, y pensaba que de seguro nos mandaríamos mensajes a diario pero luego de un tiempo, lo encontráramos sin sentido y cada uno volvería a su vida. No lo podía aceptar, no quería. 

|Summer's Love| ONE SHOOT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora