28. Pensamientos

656 66 2
                                    

Abrí los ojos.

—¿Qué estabas pensando? —gritó Fernando al notarlo.

Giré la cabeza, no quería verlo.

¿Donde estoy?

—Trataste de huir, ¿por qué? —Fernando lloraba, nunca lo había visto llorar.

—¿Qué pasó?

—La imbécil taxista casi te mató, ¡malditas mujeres!

Casi, pero no lo hizo.

—¿Por qué lo hiciste Meri? -se acercó a mi cama, sollozaba contra mi mano— ¿sabes lo preocupado que estaba cuando no contestaste? Estuve todo un día buscándote en los hoteles y hospitales hasta que te encontré.

—¿La taxista?

—Ya salió del hospital, el peor golpe lo llevaste tú... No puedo perderte, Meri, en serio no puedo.

Entonces yo debería perderte a ti.

—Sin ti probablemente sería un desastre, una auténtica bolsa de basura.

Ya lo eres.

—¿Y tu anillo? —preguntó al no verlo en mi mano.

No contesté.

—Debió perderse en el choque o tal vez lo robaron cuando llegaste aquí... llegando a casa compraremos otro y esta vez tú lo elegirás, te lo prometo.

Negué.

—Está bien, lo elegiré yo entonces.

Besó mis dedos y se quedó con mi mano entre las suyas.

Atrapada en tus mentiras Onde as histórias ganham vida. Descobre agora