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Amy y yo organizamos todo para la llegada de Kiam, el cual una hora después todavía no aparece, no sé en qué momento me hice la ilusión de que lo vería, pues la realidad ni tan amigos que somos, mi teléfono vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón kiam me envía un mensaje avisándome que no podrá llegar por asuntos familiares, que mañana practicamos tranquilos, y que lo lamenta mucho.

Un poco de rabia nace en mi interior, pero luego se espuma, a Amy se le ocurre otra idea aún más insoportable, que es nada más y nada menos que hacer un pastel de chocolate, yo apenas tengo ganas de estar parada para ponerme a hacer tonterías.

Cuando estoy a punto de decirle que no, mi teléfono móvil empieza a sonar, al principio dudo en coger la llamada pero por la insistencia termino contestando de mala gana.

Un sudor frio resbala por toda mi frente cuando escucho a mi madre decir que vuelva a casa ahora, mis ojos se aguan cuando una voz detrás de ella articula un "no sé porque dejas a Rene gobernarse es una niña" y no puedo evitar que todo mi cuerpo empieza a temblar.

Me paro rápidamente de la cama de Amy y salgo sin poder sostenerme bien, me despido de ella sin tan siquiera mirarla, y salgo de la habitación rezando para que todo esto solo sea una pesadilla de la cual despertare en cualquier momento.

Llego a la puerta con mareos y la vista nublada por las lágrimas que quieren escaparse de mis ojos, reúno el poco valor y el poco coraje que me queda y cruzo esa puerta que me separa del infierno, que es ahora lo que un día fue mi "hogar", siempre desigual y solitario pero por lo menos mi habitación y mis libros eran mi refugio, y ahora no tengo nada.

Es como si me hubiesen arrancado el corazón de un jalón y con el se hayan llevado todo mi ser.

Me encuentro con ese cerdo en el sofá tranquilamente, viendo la tv y mi madre leyendo su revista un poco más lejos. Subo a mi habitación completamente muda, esta será una de las peores noches de mi vida de eso estoy segura.

Algo me dice que hoy será un día que recordaré por el resto de mi vida, y no creo en este tipo de cosas, pero esta corazonada es muy fuerte.

Son las 2 de la mañana cuando despierto sobresaltada sintiendo unos labios cálidamente asquerosos besar mi cuello, mis lágrimas no tardan en salir, mientras mi cuerpo se retuerce queriendo alejarlo lo más posible, recordando todo el dolor que me causo la ultima vez, un grito sale de mis labios, lo que provoca que el tape mi boca con brusquedad. Para luego sentir un ruido ensordecedor y un ardor tremendo en mi nalga izquierda, trato de morder su mano, lo que provoca que sienta el mismo ardor con más intensidad y que mis lágrimas salgan por la ira y el rencor acumulado, dejándome sin aliento, me siento como una puta, como último intento vuelvo y trato de morder su mano y termino recibiendo un golpe sordo en mi cabeza, que me deja mareada.

Mi pantalón holgado se vuelve mi enemigo cuando siento como se desliza por mis piernas dejándome desprotegida y vulnerable, no puedo verlo pero sé que su vista esta clavada en ese lugar tan sagrado para mí, sus asquerosas manos manosean mis nalgas con deseo lo que me provoca varias arcadas, el cerdo aprovecha esos momentos para enjaular uno de mis senos entre sus manos y acariciarlos como puede, mientras me retuerzo como una serpiente.

De un jalón me voltea se sube encima de mí y me mira fijamente a mis ojos verdes, destrozando cada parte de mí, su cara seria y la sobredosis de lujuria en sus ojos, son lo peor que he visto en mi vida, en estos momentos lo odio tanto que no me importaría atravesarle el corazón con un cuchillo, pero aquí estoy dejando que bese cada parte de mi cuerpo mientras arranca mi ropa interior y yo solo me ahogo en mis lágrimas, porque aunque quiera negarlo soy una cobarde, que no tiene el valor para hacer nada.

Me siento tan vacía, tan rota, tan muerta, tan sola que ya no me importa si quiere dañar mi cuerpo, ya no me importa nada.

Pido auxilio con mis pensamientos, este dolor que siento cada vez que su miembro entra en mi es tan grande que que agonizo.

Sus manos se aferran a mis pechos y sus labios a los míos y siento que ya nada importa, ya no valgo nada.

Un pensamiento pasa por mi mente como estrella fugas y no es más que la primera vez que vi su sonrisa y mi mundo se puso de cabeza.

Pero ya nada importaba, mi mejor amiga no tenía razón todos los hombres no son iguales, y él no se merecía entrar en mi infierno, el merecía mucho más que yo, mucho más que algo roto e incompleto.

Mucho más que un objeto utilizado y dañado, el merecía lo mejor, porque dentro de esta puta mierda de vida aún seguía con una sonrisa.

Cuando el cerdo termina de utilizarme se separa de mi como si nada y vuelve a ponerse su pijama con toda la calma del mundo, las lágrimas nublan mi vista y no me dejan ver, sollozos ahogados salen de mis labios y me siento mas escoria de lo que me sentí la primera vez, si esté será mi destino prefiero morirme.

Cierro los ojos y me hago un ovillo en la cama, olvidando por completo la mierda de vida que tengo, y sumiéndome en los brazos de Morfeo el único lugar donde me espera un poco de calma y tranquilidad, el único escape que tengo, el único lugar de donde no quiero regresar.

SolaWhere stories live. Discover now