Ácido y lujuria.

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Ekko sujetó con firmeza el pequeño tubo de ensayo que contenía la sustancia verdosa, la inclinó levemente hacia la derecha y, con suma precisión vertió una gota en el matraz que contenía el líquido incoloro.

— Uhm... ¿Y ahora? —preguntó una chica de cabello rosado, mirando sin interés el matraz.

— Debería de volverse una sustancia efervescente... —le respondió Ekko, esperando que las burbujas se produjeran.

— ¿Lo hiciste mal? No pasó nada. —volvió a decir con su típico tono de voz arrogante.

— Creo que realizamos mal la mezcla del tubo de ensayo. —posó con cuidado el recipiente en una base con todos los demás tubos de ensayo.

Estaban en clase de química, en el laboratorio que se situaba en la primera plantas de uno de los edificios. Las clases habían reanudado ese día, luego de haber regresado de la excursión.

La relación de Ekko y Jinx claramente se había vuelto más cercana, habían cosechado sentimientos, a la par que los habían dejaron ir. Ekko sabía lo que sentía por Jinx, pero le resultaba difícil aceptarlo. Quería conocer verdaderamente a Jinx, saber cómo era su verdadero ser, saberlo todo sobre ella antes de poder decirle "Te amo".

— Echa más de esa cosa. —insistió Ahri, con una mirada irritada.

— No podemos echar más, podría reaccionar de manera negativa y liberar algún gas tóxico. Tendremos que comenzar de nuevo.

— No tengo las ganas para comenzar de nuevo.

Tomó el tubo de ensayo que contenía la sustancia verdosa y, con una sonrisa de satisfacción, vertió todo su contenido sobre el matraz.

La sustancia comenzó a calentarse de manera exagerada, comenzó a hervir violentamente, liberando una cortina de vapor.

Singed se acercó a la mesa, jaló a Ekko y Ahri y los empujó a la puerta.

— ¡Todos salgan del laboratorio! —gritó, haciendo que los alumnos salieran de manera desordenada y apresurada del aula.

Ekko supo que recibiría un castigo, sabía que era mala idea que lo emparejaran con esa chica, lo supo en todo momento, pero no podía hacer nada para evitarlo. Singed era un profesor que, como él mismo dijo, "No iba a escuchar quejas inmaduras de los alumnos".

— ¡¿Qué estupidez hicieron?! —les gritó delante de todo el grupo, haciendo que todos callaran.

— Echamos más sustancia de la debida... —dijo Ahri agachando la mirada.

Ekko iba a decir que había sido sólo ella, pero al ver su expresión de arrepentimiento no pudo hacerlo, creyó que realmente se sentía culpable.

— Se quedarán a limpiar todo el laboratorio luego de clases, luego de que hayamos descontaminado toda el área. —su voz sonaba más tranquila.

— Sí, profesor. —asintió el peliblanco en voz baja.

Nidalee lo miró con preocupación, sabía que él no había sido el que había vertido el líquido, ¿por qué no había dicho nada?.

Por alguna razón (bastante obvia), Ekko tenía la impresión de que Ahri no aparecería y terminaría limpiando todo el laboratorio él solo. Quizás la estaba juzgando de más, ¿pero cómo se supone que viera a la chica más problemática del grupo? Era evidente.

Llegó hasta el laboratorio arrastrado por su sentido del deber. Parecía que no se había equivocado respecto a ella, el pasillo estaba vacío, sin la más mínima señal de que se fuera a presentar.

Mi nueva vida escolar. (Jinx X Ekko - League of legends)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora