Tal vez así podría protegerlo.

A los cuatro de la mañana se quedó dormido. Fue difícil. Lloró y maldijo tanto que casi tuvo que inventar nuevas maldiciones. Se arrepintió y regañó a sí mismo por no ir a buscar a Harry si bien sabía dónde vivía.

A las ocho de la mañana la puerta principal comenzó a sonar; Louis se removió en su cama, meditando si debía levantarse o no

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A las ocho de la mañana la puerta principal comenzó a sonar; Louis se removió en su cama, meditando si debía levantarse o no. Pensó que la desastrosa imagen que le daría a la persona que, con tanta insistencia, golpeaba su puerta.

Se levantó diez minutos después, de mal humor y con una horrible apariencia. Se encaminó a la entrada y de mala gana abrió la puerta.

Liam estaba parado al otro lado, sonriente y cargando una bolsa negra en su mano izquierda y una mochila gris en los hombros. Entró sin ser invitado y Louis cerró la puerta detrás de él. Su amigo dejó ver lo que traía en la bolsa: papas fritas, refrescos, galletas y hasta el fondo, dos charolas de lo que parecía ser el desayuno.

"Sabía que hoy te verías... así." rompió el silencio repentinamente mientras se encaminaba a la cocina a dejar la bolsa. "Así que vine preparado." Louis lo siguió y frunció el ceño. "Traje una pijama... ya sabes, será divertido."

En ese momento, Louis realmente se hubiera partido de la risa si no estuviese tan cansado.

"Realmente no tienes que hacer esto."

"Quiero hacerlo." confirmó el castaño. "Ve a dormir un poco. Te ves horrible."

Louis rió por lo bajo y asintió. Liam sacó las charolas y las guardó dentro del microondas para que no se enfriara la comida, también ordenó la comida chatarra que trajo consigo y sopesó qué haría o compraría para el almuerzo.

Louis se levantó lo suficientemente tarde para que aquello no se considerara un desayuno, pero a su amigo no le molestó. Comieron juntos y disfrutaron del silencio. Mandó al ojiazul a darse un baño y aprovechó la soledad para llamar a Zayn y comentarle que cancelara cualquier actividad para ese día, pues probablemente necesitaría refuerzos.

Cuando pasaron treinta minutos, el mayor se dirigió a la habitación de Louis que ya se encontraba vestido y metido en su cama. El castaño se sentó tranquilamente en la orilla y le dedicó una media sonrisa.

Le mortificó lo mal que se veía su amigo. Jamás lo había visto así y solo podía sentir cierto remordimiento el chico que lo tenía en ese estado.

No es su culpa, pensó Liam.

"Vamos a la cocina, preparé algo de comer."

Louis frunció el ceño. "Hace menos de una hora desayunamos."

Liam se encogió de hombros. "Te ves como que no has comido en años. Te hace falta. Vamos." exigió el mayor y Louis lo aceptó.

Lima había rebuscado en su refrigerador y se sorprendió al darse cuenta que no había ninguna proteína por ningún lado, así que simplemente había preparado una ensalada con lo poco que la despensa de Louis le ofrecía.

My best gift was to find you. | LARRY. Where stories live. Discover now