Vacío.

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Louis lo llevó a su casa, a regañadientes y contra su voluntad, se subió él y el pelirizado al auto y condujo en silencio hasta la dirección que el menor le había indicado. La cabeza de Louis daba vueltas, se sentía enfermo. La sola idea de todo lo que tenía que pasar Harry en esa horrible casa lo estaba atormentando.

Después de casi cuarenta minutos debido a la lejanía y al tráfico el destino al que se dirigían estaba a la siguiente esquina.

"Detente aquí, por favor, Louis." Musitó el menor, mordisqueando su labio inferior. El mayor asintió sin hacer ninguna pregunta y estacionó el auto.

Ambos guardaron silencio, difícilmente podía decidirse si era un silencio incómodo o no, pero Louis no quería separarse del más joven.

"No quiero que hagan preguntas si me ven bajándome de un lindo auto." Soltó el menor de repente. Louis asintió, pues sus palabras tenían coherencia. Apretó el volante con fuerza y seguido, soltó un liberador suspiro. "Estaré bien. Siempre estoy bien", aseguró y le regaló, posiblemente, la sonrisa más cálida que había visto.

Se quedaron unos minutos más en el auto, compartiendo palabras de despedida, pues el menor realmente no quería bajar del auto y el mayor no quería que lo hiciera.

Harry bajó del auto quince minutos después y Louis lo siguió con la mirada. Encendió el auto para hacerlo creer que ya se iba, pero en realidad debía asegurarse que entrara a alguna de las deterioradas casas.

Cerró los ojos cuando lo vio perderse al entrar a la casa de la siguiente esquina y volvió el fuerte agarre en el volante; tantos pensamientos recorrieron su mente en ese momento que se sintió abrumado. Lo carcomía la idea de que Harry tuviera que pasar por una horrible situación una vez que la noche reinara.

Louis había decidido abandonar el vecindario antes de que la ira le ganara y bajara de su auto y golpeara al hombre hasta cansarse.

Harry vivía en un vecindario bastante humilde. Louis jamás había recorrido esas calles de Londres. Las casas eran bastante pequeñas y estaban descuidadas, sus jardines estaban muertos y sus autos estaban visiblemente averiados. La casa de Harry no era la excepción, sólo que era un poco más grande que las demás. Louis comprendió porque el asombro de Harry hacía su departamento.

El menor no estaba acostumbrado a los lugares lujosos y espaciosos, tampoco a las camas cómodas y a la buena comida, Harry estaba acostumbrando a su casa no tan acogedora y que normalmente no se siente como suya, él no estaba acostumbrado a las camas cómodas, aunque debía aceptar que dormía bien en su rígida cama y sábanas semi-limpias, él no acostumbraba comer en casa comida... más bien, él no acostumbra comer siempre.

Louis se imaginó la clase de vida que Harry podría tener y sintió romperse por dentro. No lo entendía, sólo no entendía como estas cosas le pasaban a él.

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My best gift was to find you. | LARRY. Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz