Capítulo 17 [POV Aoi]

Start from the beginning
                                    

—¿Sabes algo de ella? —cuestiona con los ojos muy abiertos—. ¿Por qué lloras?

—Sí —cierro los ojos—. Es un secuestro.

Al decir estas tres palabras, todo se vuelve un caos. Ruki diciendo que se siente culpable por haberla dejado sola, Uruha blasfemando al universo entero y yo que intento calmarlos.

—¡Un momento! —grita el pequeño—. ¿Y tú cómo sabes lo que pasó?

—Recibí una llamada... Es... Es alguien para quien trabajo, y quiere dinero a cambio.

—¿Qué demonios, Aoi? —vocifera Uruha—. ¡Estás forrado! ¿Por qué no le das el jodido dinero y terminas con esta tortura?

—Porque lo quiere en dólares.

—¿Y para quién trabajas? —cuestiona Ruki—. ¡Tiene que ser una mierda de persona como para hacer algo así!

Me paso las manos por el pelo para no comenzar a romper cosas.

—Bueno, ¡ya basta! —grito— ¿Y a ti qué te importa, Takanori? No te entrometas en mis jodidos asuntos.

Un silencio sepulcral. Ambos me miran enojados.

—No creo que sean solo tus jodidos asuntos cuando se trata de nuestra amiga —ataca el más bajo.

—¿A qué estamos esperando? Llamemos a la policía —sisea el castaño a su lado, saliendo del cuarto.

Sigo a Uruha por el pasillo y lo detengo cuando saca su móvil. Joder, no. Si meto a la policía en esto, me traerán más problemas y... Ellos podrían hacerle daño a Mickaellie.

—Por favor, no lo hagas.

—¿De verdad esperas enfrentarte a secuestradores sin el apoyo de la policía? —gruñe indignado.

—No necesito a la policía, Kouyou. Esos idiotas siempre lo arruinan todo.

Estoy a punto de largarme a llorar otra vez. ¿Cómo le explico que esta gente es peligrosa? Un paso en falso y todo se me escapará de las manos.
Él asiente y sigue caminando. Ruki va tras nosotros.

—¿Te han llamado otra vez? —pregunta Uruha, queriendo cambiar un poco el ambiente.

—No. Llamaré a Kai, él puede ayudarnos.

Minutos después, él se aparece por mi casa y le cuento lo que pasó.

Kai es de esos buenos amigos que haría todo por las personas que quiere; sin duda es amable e inteligente, siempre tiene un plan... Pero está un poco chiflado también.
Se sienta frente a mí y me da esa mirada significativa que tanto conozco, como diciendo "Bien, tenemos que ensuciarnos las manos". También estoy pensando en ello, pero no puedo. Robar para salvar a mi chica es absurdo. Si logro liberarla, me encerrarán a mí. Y no estoy seguro de poder hacer algo así por alguien.

No puedo arriesgarlo todo, mucho menos mi parcial libertad... ¿Por qué soy tan jodidamente egoísta?

—Estás pensando lo mismo que yo —adivina él.

—Sí, pero ni lo sueñes.

—¡Aoi, deja de ser tan terco! —gruñe exasperado—. Necesitamos dólares. Los tomaremos de un algún banco. Punto.

Uruha y Ruki asienten a lo que dice mi loco amigo. Pues no, no estoy de acuerdo con ello y se los tengo que hacer saber antes de que Kai saque a la luz sus jodidos planes. Ruki dice algo como que puede ayudar haciendo las veces de vigilante y el otro le da el visto bueno, pero ¡no! ¡Es una idea de mierda!

Un suspiro y mil disparos | the GazettEWhere stories live. Discover now