【Capítulo 2】

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—Festejaremos ese día—dije sonriendo, para acomodar varias comidas frente a él.

— ¿No es mucha comida? —pregunto agarrando una cuchara.

—Tienes que mantenerte con energías—comente agarrando un termo.

— ¿Y cómo está nuestro bebe? —pregunto comiendo.

—Recién llevo dos meses. —Reí nerviosa.

—No importa, él o ella tendrá una hermosa madre—comento acariciando mi vientre.

—N-No, tendrá un gran padre que se preocupa por nosotros—conteste sonrojada.

Quizás la nueva vida que empezaba a tener en mi interior, nos uniría más.»

«—Es una hermosa niña—comento la enfermera con una sonrisa.

— ¿N-Niña? —preguntamos ambos.

—Así es—comento empezando a sacar el gel que tenía en mi vientre.

Ninguno de los hablaba, nos mirábamos a los ojos con felicidad.

Decir que estábamos felices era poco.»

— ¿Papá, mamá? —pregunto una pequeña de pelo azabache.

—Hija—comento rápidamente Levi parándose.

Sequé mis lágrimas parándome.

—Yo la acostaré—comente caminando hacia mi hija.

—Está bien—dijo Levi volviéndose a sentar.

Agarre la mano de la pequeña Mikasa, para luego comenzar a caminar hacia su habitación.

—Mamá, ¿Por qué estás llorando? —pregunto, abrazando a su pequeño peluche.

—No es nada, solamente fue un bostezo.

Sonreí, no quería que la pequeña se quede sin su familia.

Pero mi celular sonó al momento de acostarla.

•••

Me quede sentado en la silla, ¿Por qué ya no me dolían sus lágrimas?

Suspiré pesadamente para mirar el techo.

Solo quería que aceptara mi petición de divorcio, pero el único motivo para quedarme era Mikasa.

Sé que la hago sufrir, pero es el único método de estar con ella.

Mire la foto que tenía guardada, acaricie la imagen de su rostro, pero mi mirada se posó en el porta retrato que tenía tirado.

Lo levante, mire la foto mía y de [TN] con Mikasa en nuestros brazos.

La tuvimos tan jóvenes, que solamente uno de los dos teníamos la oportunidad de cumplir nuestro sueño.

Volví a suspirar y me acomode en la silla, empezando a firmar unos papeles.

Minutos después entra [TN] con sus normales ojeras, parece que se acuesta tarde, pero cuando llego siempre está dormida.

—Está bien—comento acostándose.

— ¿Está bien? —pregunte confundido.

—Firmaré el contrato de divorcio. —Una pizca de felicidad se hizo presente—. Pero... —guardo silencio—; con una condición.

—Tsk, tendrás un porcentaje alto en la cuota alimentaria y... —me interrumpió.

—No, quiero que todos los días del mes... me des un abrazo—hablo con la voz rota.

— ¿Un abrazo? —pregunte irónico.

¿Acaso era un juego?

—Sí, estas muy ocupado, así que nos veremos en lugares concretos en las horas de tu almuerzo.

Suspiré desganado, con tal de que firme lo haré.

—Está bien. —Acepte.

—Mañana, cuando deje a Mikasa en la escuela. —volví a aceptar, pero esta vez ella ya no me respondió.

Me levante de mi silla y me dirigí al armario. Empecé a guardar todas mis pertenencias.

Cuando termine me puse mi camisa y zapatos, para abandonar el lugar donde antes lo nombraba mi hogar.

••Día 1••

Abrí mis ojos lentamente, hoy sería el primer día de darle un abrazo a mi "esposa". Suspiré desganado, no tenía ganas de hacer ese estúpido juego.

Me levante de la silla de mi oficina, aquí es donde comenzó mi carrera y la relación con mi amante.

Me coloque el saco y busque las llaves, para comenzar a caminar hacia la escuela de Mikasa.

Todavía me dejo pensando ¿Por qué abrazos? Cuando todas las mujeres de ahora quieren dinero.

Al llegar la vi a ella dejando con un beso en la frente a Mikasa. Me acerque con una leve sonrisa, mi pequeña estaba creciendo rápido.

— ¡Papi! —exclamó Mikasa.

—Hola pequeña—dije acariciando sus cabellos.

—Hace mucho que no me dejas en la escuela—comento con un puchero.

Eso me recordaba a [TN].

«—Tengo hambre—comento [TN] con un puchero, acariciando su vientre.

— ¿Y qué quieres que haga? —pregunte desinteresado mientras escribía un reporte.»

Sonreí ante ese recuerdo, aunque no lo sabía, amaba cada facción de ella.

Amaba...

—Adiós papi—dijo Mikasa para ir a la entrada.

Salude con mi mano para luego prestar atención a [TN].

—No tengo tiempo, ¿Quieres el...?

【Treinta y dos ¿Abrazos?】•Levi Ackerman•Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt