—Es mi decisión estar contigo —susurro y dejo caer mi cabeza sobre su hombro—. Déjame ser un adulto, déjame decidirlo, no pienses por ti mismo que estaría bien o que sería mejor para mí... te dije que te acompañaría, te dije que criaria a la niña junto a ti... te lo prometí y voy a cumplirlo.

—Siento que está siendo duro para ti...

—Solo estaba nervioso —ruedo los ojos—. Estoy bien ahora... pero me preocupa que dirá tu familia.

—Todos están preocupados por ti —Blaze alza su mano y me aparta el cabello de la frente—. Eres mi esposo y desde ahora, también eres un Cavalcanti.

—Oh, soy Demian Cavalcanti... es cierto.

Sonrío de tan solo pensar lo lindo que se va a ver eso cuando firme cualquier cosa.

—¡Vaya, vaya que pareja más feliz! —la puerta se abre de golpe y se asoma el padre de Blaze, Enzo, con una gran sonrisa y una bandeja llena de sandwiches en las manos, detrás de él viene uno de los tantos primos de Blaze, Aldo y su hermano, Harun—. Hemos traído comida, para que el novio pueda recuperar fuerzas y salga a bailar la primera pieza con mi hijo y de paso, lance el ramo, que queremos que Harun se case también.

—Papá... —murmura Harun, avergonzado.

—¡Madonna mía, es que no me acostumbro! —Aldo se acerca a Harun y le aprieta las mejillas—. Ya verás qué susto se van a llevar todos cuando te oigan dar el discurso, si es que veo a la tía Lina desamyandose.

—¿Dará un discurso? —interrogo frunciendo el ceño y mirando a Blaze.

—Oh... era una sorpresa —Blaze mira a Aldo con el ceño fruncido—. Pero ya qué, Harun quería darte la bienvenida a la familia formalmente y como es el padrino, pues... pensó que sería un bonito detalle decírtelo.

Miro a Harun, quien me ofrece una sonrisa tímida. Y yo trato de devolversela y en señas le digo «Muchas gracias, eso es muy lindo de tu parte». Y luego veo la gran sonrisa con la que Blaze contempla a su hermano y pienso en que todo el mundo va a estar sorprendido porque Harun esté hablando que se olvidarán de la verdadera​ razón por la que están aquí hoy. Y me siento sumamente mal por pensar de esa manera... me siento sucio, porque Harun es un buen chico y me alegra que esté hablando y sé que no merece que me sienta así, pero no puedo evitar querer toda la atención que Blaze le da y que toda la atención que su familia le da a él, que por lo menos le den la mitad de ella a Blaze. Es horrible sentir este tipo de celos, es lo más bajo que he caído.

—Ya, bueno, pero come figlio mio, que te vas a desmayar de nuevo si no comes —me apresura Enzo moviendo sus manos.

Asiento y comienzo a comer.

—Si fuera posible, diría que se ha desmayado porque está embarazado —bromea Aldo y yo casi me atraganto, él comienza a reír mientras se acerca y me palmea la espalda suavemente para calmarme, aunque yo sigo entre los brazos de Blaze y casi sobre sus piernas—. Tranquilo, carino, escucha... si mi primo no te complace, que sepas que Aldo también juega para el otro equipo —me susurra, guiñándome un ojo.

No puedo evitar sonrojarme.

—¡Vete a la mierda!exclama Blaze sacudiendo la mano de Aldo de mi espalda—. Ni siquiera porque me acabo de casar, Aldo...

—Es solo un dato —Aldo se aleja encogiendose de hombros—. ¿Quién sabe si cambia de opinión? A cualquiera le pasa.

—Jódete —puedo percibir por ese tono que Blaze realmente está enojado, luego él se levanta y me pone con cuidado de pie usando sus manos para levantarme—. ¿Puedes caminar? Salgamos de aquí.

Blaze | Cavalcanti 2 |Where stories live. Discover now