El Sobrino 2: El retorno de la hijastra.

Capitulo 20: Nueva vida. (Parte II)

-Wow.- dice Silas cuando abro la puerta de mi Pent-house.- ¿Aquí es donde viviremos?.

-Esta es mi casa y como le prometí a tu madre que tendría un ojo sobre ti todo el tiempo aquí es donde vivirás.

-Es fantástico.- dice dejando las valijas al lado de la puerta y va hacia el gran ventanal que da a la una de las playas privadas de Miami.

-Espera a que vea tu casa de invierno.- murmura Frank.

Me rio, Silas enloquecerá cuando vea mi casa en Canadá.

-Ya la vera, dejemos que su cabeza explote con esta de aquí primero.

-¡Mira esa vista!.- Silas se pega al ventanal que va del techo al piso como si fuera un niño de cinco años.

-No dejes los dedos marcados.- digo sentándome en uno de los sofás que predominan la sala.

-Sera mejor que avise a Patricio que estamos aquí.- dice Frank con su teléfono en la mano.

-Dile que lo veré mañana, ahora mismo quiero descansar un poco de las horas de viaje y mostrarles la casa a ellos.- miro hacia Jimmy y Silas que miran hacia la fresca tarde en la playa, unas pocas personas caminan por la arena y unos cuantos aprovechan las buenas olas para surfear.

-¿Quieres que te ayude a acomodar las cosas?.

-No, ve a casa.- me quito la bota para poder masajear mi pie- Seguramente tu madre te extraña, nos veremos mañana. Tengo que hablar con Rene sobre Zander para saber cómo va el tratamiento y con el señor Ross.

-Bueno, llámame si necesitas algo.

-Gracias.

Frank se despide de los muchachos y se va.

Suspiro agotada y me recuesto contra el sofá, extrañaba mi casa.

Es una casa moderna, podría considerarse pretenciosa pero me encanta. Tiene cuatro cuartos junto con el principal, tres baños, una cocina con mármol y metal haciéndola muy sofisticada. Mi sala tiene dos grandes y cómodos sofás donde poder sentarse a mirar la televisión LED de gran tamaño. Un patio pequeño pero cómodo.

Principalmente la compre para poder estar con Frank, Pat y Luz. Pero siempre terminaba sola aquí.

-¿Dónde dormiré?, por favor dime que será con vista a la playa.- Silas me mira con ojos brillantes y una sonrisa que no vi en varios días.

-Arriba están los cuartos libres, el ultimo del pasillo es el mío.- señalo la escalera- Elige el que más te guste.

Silas se levanta y prácticamente corre por las escaleras hacia arriba.

-¿Yo donde dormiré?.- Jimmy se sienta a mi lado y para uno de sus brazos por mis hombros.

-Tú dormirás en mi cuarto, en mi cama. Conmigo.- digo sonriéndole.

-Me gusta eso.- Se acerca hasta cernir sus labios sobre los míos y me besa.

Adoro la suavidad de sus besos, siempre tan precavidos y dudosos.

Note que Jimmy se encuentra más tranquilo desde que abandonamos el pueblo, no quiso contarme que paso con Ángela y Abe pero tampoco quiero presionarlo.

Siento su mano libre posarse en mi cintura, su beso me posee haciendo que mi cuerpo se acalore. Mi respiración se atasca cuando su lengua comienza a trazar mis labios antes de introducirse dentro, mis manos se agarran de su camiseta y me acerco más a él. Su otra mano me agarra de la nuca y me acomoda a su antojo profundizando el beso, Jimmy deja salir su pasión, siento su amor también y eso me enciende más que cualquier cosa.