❄ Восемь ❄

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En el comedor estaban Tn y Yuri en una mesa bebiendo cajas de jugo, en otra mesa, frente al televisor, estaba Mila junto a una compañera; los cuatro vieron la apertura del Grand Prix y algunos de los programas de los patinadores participantes. Yuri Katsuki apareció en pantalla y, tras su programa, una vez fuera de la pista dieron su puntuación.

– Vaya, al parecer Viktor hizo un buen trabajo.

– Tch.

– Uh –lo miró.– ¿Qué sucede, Yuri?

– Nada –bebió su jugo mientras miraba a otro lado.

– Oigan –los llamó Mila.– Georgi va a comenzar.

– Da igual –dijo serio.

– Que interesante maquillaje –rió Tn.

Mila y su compañera comenzaron a reír y luego a revisar el Instagram de la ex-novia de Georgi, contando lo que había sucedido entre ellos dos.

– ¿Sabías eso, Yuri? –preguntó Mila.

– Cállate, bruja.

– Tranquilo Yuri –rió.

– Oh, está llorando de verdad.

– ¿En serio? –preguntó el rubio mirando a la pantalla.

– Casi puedo oír su voz de terror.

– Está demasiado metido en la situación.

– Al parecer, romper con esa bailarina lo destrozó.

– Debe ser duro para él.

– Sí...Oye Yuri –lo miró.– ¿Tú te sentirías como Georgi si Tn te dejara? –preguntó Mila con picardía.

Tn y Yuri la miraron con los ojos abiertos como platos y las mejillas rojas como tomates.

– ¡¿Eh?! ¡Cierra la boca, bruja! –gritó molesto.

– Mi-Mila, no digas to-tonterías –volteó la mirada sonrojada.

Mila rió a carcajadas, molestando más a Yuri. Todos regresaron la vista a la pantalla cuando el presentador anunció la puntuación de Georgi.

– Ahora que recuerdo, su ex también compite en la Copa de China.

– ¿En serio? Que mal –dijo Yuri, ya calmado al cambiar de tema.

– Que tenso ha de ser eso.

– Sí, ¿Verdad?

– Pobre Georgi.

– ¿Quién sigue ahora?

– Leo de la Iglesia.

– Ya veo...

Tras los dos últimos patinadores, aquella parte de la competencia llegó a su fin, dejando a Katsuki en primer lugar. Yuri se levantó.

– Vámonos –dijo a Tn.

La joven asintió y se levantó, siguiendo a Yuri fuera del comedor.

– ¿Sucede algo?

– Nada. Sólo no me agrada que él haya quedado en primer lugar.

– No te preocupes por eso, es la Copa de China –lo tomó de los hombros.– Viktor podrá haber logrado un gran avance en el Yuuri japonés, pero en Rusia tú serás el vencedor –sonrió, dándole ánimos. Yuri sonrió.

– Tienes razón.

– Claro que la tengo –rió.– ¿Vamos a tomar algo de aire? Hemos estado todo el día aquí dentro.

– De acuerdo, vamos.

Ambos tomaron sus cosas y avisaron a Lilia que saldrían a caminar un rato, esta accedió; los jóvenes patinadores salieron del lugar.

– Yuri...

– ¿Hm?

– Ah... ¿Por qué me llamaste cuando saliste? Es decir, cuando te levantaste creí que saldrías solo del comedor y me sorprendió que me dijeras "vámonos".

– Eh...N-No sé porque lo hice, simplemente...creí que como mi amiga vendrías conmigo.

– Oh –sonrió.– De todos modos iba a seguirte –rió.

– ¿De verdad?

– Sí. No quiero que te molestes, eso podría interferir en tu desempeño en la competencia; y si tú fallas, Yakov y Lilia no estarán felices, y es probable que se desquiten conmigo.

– Entiendo.

– Además, no me gusta verte molesto...y no quiero que vuelvas a arrojar tu celular contra la ventana –rió.

– Tch –volteó la mirada.

Tras minutos de caminar, ambos llegaron a un puente, donde se detuvieron. Tn se sentó en el barandal, con las piernas colgando hacia afuera; Yuri estaba de pie al lado de ella, con los brazos apoyados en el barandal.

– ¿No tienes miedo de caerte?

– No. De todos modos, si me caigo lo haré en agua, y puedo nadar hasta la orilla –bromeó.

– Si quieres te empujo y vemos –bromeó.

– Adelante –lo miró.– Inténtalo –retó.

– ...Era una broma, tonta.

– Lo sé –rió.– No te atreverías a hacerlo.

– ¿Eso crees?

– ¿Uhm?

Yuri se colocó tras Tn y la tomó de la cintura, inclinándola un poco hacia adelante como si fuese a arrojarla, ella rió con cierto nerviosismo.

– Ya, está bien, suéltame.

– No, voy a arrojarte.

– ...Hazlo –volvió a retarlo, preparándose por si debía nadar en el agua helada.

Yuri rió y tiró de ella, bajándola del barandal.

– ... –rió.– Sabía que no lo harías.

– No quiero tener problemas por empujarte antes de la competencia.

– Si tú lo dices... –volvió a reír.– Ah...Ya puedes soltarme si quieres, Yuri.

– ¿Eh?

El joven notó que aún tenía a la fémina agarrada de la cintura, casi como si la abrazara por detrás; se sonrojó y la soltó rápidamente, ella rió con un leve sonrojo.

– Ya va a oscurecer, deberíamos regresar a casa de Lilia.

– S-Sí, vamos.

Los jóvenes comenzaron a caminar hasta la casa de la mujer que los entrenaba, en el camino discutían sobre los programas que presentarían en las competencias.

Ice Queen ❄ Yuri PlisetskyWhere stories live. Discover now