El tono nostálgico de su voz me da tristeza. Sé que luego de lo sucedido con Hideto ella no ha salido con nadie más, lo cual es una lástima, porque se ha negado a reconstruir su vida sentimental por culpa de ese hombre. Estoy comenzando a tener emociones violentas hacia él por habernos hecho la vida tan miserable.

Le da un trago largo a su café.

—De todas formas, está bien si te gusta alguien y lo quieres genuinamente —continúa y se levanta—. Pero no dejes que te lastime, y si lo hace, déjalo ir. El enamoramiento tiene que ser agradable, hija, no un constante sufrimiento.

—Tienes mucha razón —susurro—. ¿Y si no me corresponde?

—Pues al demonio entonces —dice encogiéndose de hombros, y por primera vez me doy cuenta que está un poco ebria.

Oh por Dios, mi madre vino tomada a la casa. ¿Es por eso que no me ha gritado y ni ha dado sus consejos puritanos de la vida? ¿Por eso estaba tan charlatana y me dijo que me divirtiera?
Demonios, si me hubieran dicho que mi madre era así de agradable con un poco de alcohol, ya habría dejado una botella de Whisky en la sala.

—¿Y ese coche de allí afuera? —dice mirando por la ventana.

—Ah, es de Kouyou. ¿Recuerdas que te he hablado de él y de Takanori? Son mis compañeros de clase.

—Deberías invitarlos a cenar —sugiere y deja la taza—. ¿Y qué tal el psicólogo?

El cambio de tema me toma por sorpresa.

—Eh... No lo sé. ¿Qué tal, qué?

—¿Hablaron sobre el tema? ¿Qué piensa acerca de que te guste alguien?

—No lo hablamos —digo, confundida.

—Deberías. Quizás te dé mejores consejos, los míos apestan —dice riéndose—. Me voy a dormir. Toma un baño antes de que te enfermes.

Me deja sola en la cocina, y me pregunto si podré hablar del tema amor con Yuu sin interponer lo que siento. Sería agradable hablar abiertamente de ello con otra persona que no sea él; tener un punto de vista claro acerca de esto.
Me termino el café y me voy a dar un baño antes de que pesque un resfriado.

[ . . . ]

El fin de semana paso el tiempo limpiando para gastar energías, ignorando el hecho de que mi teléfono se volvió una bomba de sonidos y vibraciones gracias a que el señor Shiroyama no ha dejado de mandarme mensajes ni llamar. Obviamente, tuve que mantenerlo apagado.

La verdad es que quiero explicaciones a su comportamiento, pero a la vez me asusta como la mierda obtener respuestas concretas y dolorosas. Tuve una pequeña probada de lo intenso que Yuu puede llegar a ser, y no estoy segura de querer seguir hasta descubrir lo que hay en la profundidad... Puede que active una bomba y todo me explote en la cara.

Y sí, lo más probable es que esto termine así de mal.

Pienso en ello mientras me encuentro sentada en el césped del patio trasero del instituto esperando a Uruha y Ruki. Últimamente Reita no pasa tiempo conmigo, porque se unió al equipo de fútbol y está emocionado con los entrenamientos. Incluso en el almuerzo se sienta con su equipo en una mesa al otro extremo de la que solemos ocupar nosotros. Creo que está intentando dejar espacio entre nosotros para que no sobreentendamos nuestra relación. Espero que eso signifique que no le gusto en absoluto.

Uruha y Ruki me saludan y me sorprendo bastante cuando veo la pequeña marca en el rostro del más bajo. Sé que la ha cubierto con maquillaje, por lo que debe ser un moretón terrible si no puede ocultarlo por completo.

Un suspiro y mil disparos | the GazettEWhere stories live. Discover now