Capitulo tres

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Día Dos (otra vez):

Draco tomo el control remoto de la televisión y puso en pausa la película que estaban mirando. Harry ni siquiera lo noto.

Ambos estaban recostados sobre el sofá de la sala, Draco recargado sobre el pecho de Harry, y miraban Lilo & Stitch. Una caja de pizza con dos porciones reposaba sobre la mesa, junto con un pote de helado.

A pesar de que Harry rodeaba a Draco con uno de sus brazos y jugueteaba con el cabello del rubio con el otro, estaba completamente perdido en sus pensamientos; lo había estado desde su llegada al apartamento que compartía con el rubio.

Potter estaba algo molesto con el rubio por toda aquella situación. El tener que hacer las paces con Snape no le había gustado nada pero lo había entendido, el hombre era casi un padre para el rubio, pero de allí a que Draco hubiera elegido a su padrino sin consultarle había una brecha muy amplia.

—Harry—llamo el rubio, revolviéndose entre sus brazos para quedar cara a cara con él—.

—¿Qué sucede?—cuestiono Harry con tono ronco. La voz del rubio le habia devuelto a la realidad y recién entonces se dio cuenta de que Draco le había puesto pausa a la película. En la televisión se veía la imagen de la niña y el extraterrestre a mitad de una pelea, congelados—. ¿Por qué paraste la película?

—Quiero decirte algo—le comunico el rubio, sonriéndole de aquella tierna manera que hacía que Harry ni siquiera pudiera pensar en resistirse a el—. Hoy ha llamado Weasley—dijo, sin esperar a que Harry le preguntara sobre que quería decirle—.

—¿Ah, sí?—dijo Harry, enarcando una ceja—. ¿Y qué quería?—cuestiono, estirándose en el sofá y moviendo al rubio a su paso, quien casi se cae y por eso le propino un golpe en el pecho—.

—Respondió a una propuesta que le hice—dijo Malfoy de forma misteriosa—.

—¿Le has hecho una propuesta a Ron? No pienso hacer un trio con mi mejor amigo—le dijo Potter, haciendo una mueca. A cambio recibió una mirada enfadada de su novio—.

—Deja de pensar en follar por un momento—le pidió, haciendo un gesto desdeñoso que hizo que Harry pensara en Snape, quien ponía exactamente la misma cara ante las idioteces de Potter—.

—Es difícil teniéndote tan cerca—le contesto Harry con una linda sonrisa antes de darle un corto beso para apaciguar sus ganas de matarlo—. ¿Qué le propusiste a Ron?—pregunto, mientras enredaba sus dedos en el cabello rubio de Draco—.

—le propuse que fuera mi padrino.

De haber estado tomando algo, Harry lo hubiera escupido.

—¿Tu padrino?—repitió, incrédulo, y el rubio asintió—. Draco, tu odias a Ron—le recordó Harry, sin comprender porque su novio podría haber pensado en eso—.

—No lo odio—dijo, rodando los ojos—. De cualquier manera, no se trata de mí. Se trata de ti. Es tu mejor amigo, ¿no es así? Pues no me imagino una mejor persona para que sea mi padrino—dijo Draco, recibiendo una sonrisa por parte de Harry. el rubio se sonrojo levemente, aunque por su piel pálida parecía casi un tomate—. A menos que quieras que sea tu padrino, claro—se apresuró a decir el rubio con timidez. Harry se lo pensó un momento. Draco le estaba dando la opción, la opción de no cumplir con su "horario de progresos" y simplemente pedirle a Ron que fuera su padrino. Pero Potter negó levemente con la cabeza—.

—No, prefiero que sea el tuyo—le aseguro. Le parecía un gesto tan tierno viniendo de Draco, quien llevaba planeando como loco cada detalle de la boda desde que Harry se lo había propuesto un año atrás, que no pudo pedirle que no lo hiciera; no quería pedírselo—. Ven aquí—le dijo Harry con dulzura, deslizando la mano que jugueteaba en el cabello de Draco y llevándola a la mejilla del rubio. La acaricio lentamente antes de darle un beso tierno y lleno de sentimientos—.

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