El Bien En Tu Interior [Descendientes/Carlos De Vil] LPDA #2

Capítulo 68. "Las cosas van de mal a peor"

Mal no podía concentrarse si Chad le hablaba, el príncipe preguntaba que planeaba la joven hada, exigía una respuesta a lo que pensaba hacer la chica, y eso era más que irritante para la pelimorada.

La chica trataba de canalizar su magia todo lo que era posible, era cierto que su madre le había dicho que aquel lugar bloqueada la magia, pero Mal pensaba que si podía dar el esfuerzo necesario, podía hacer un hechizo que los sacara de ahí.

En fin y al cabo, el hada madrina le dijo que ella era un hada, y que las hadas tenían la magia dentro de si.

Chad había vuelto a llamarla y la chica se volvió a él de manera irritada, contándole su plan a la final, el chico parecía desconcertado.

—Yo había escuchado a tu madre decir que este lugar bloqueaba la magia.

—Lo sé, Chad —Respondió Mal. —. Pero no creo que este lugar haya estado aquí desde antes, mi madre debió crear este lugar como especie de holograma o así. Seguimos en Auradon Prep y por ende debe haber algo de magia que fluya por aquí.

—¿Estás segura, Mal? —preguntó el príncipe mirándola por los barrotes de la jaula.

—La magia no es perfecta, Chad —dijo la joven hada. —. Lo mismo pasó con tu madre, Cenicienta. ¿Cómo es que la carroza, animales y traje hayan vuelto a la normalidad salvo una zapatilla de cristal?

—Tienes buen punto, Mal. Aunque perfectamente podría ser que fuese todo plan del hada madrina. —sugirió él.

—Chad... —la pelimorada lo miró.

—¿Qué? —preguntó el chico.

—Cállate.

El chico rodó los ojos y se mantuvo en silencio unos minutos, Mal volvió a concentrarse, cada vez más pensando en salir de la cueva, pensó en el momento en que ella y Ben estaban en la oficina de la directora, a punto de ser descubiertos, ella deseaba salir de allí lo mas pronto posible, y había funcionado.

Ellos habían terminado en el bosque encantado.

Sólo esperaba que volviese a funcionar de nuevo.

Cerró los ojos, poniendo toda su concentración en un solo pensamiento, que era salir de allí, ella y Chad saliendo de aquella cueva. Se aferró a aquel pensamiento cada vez más, y sintió una presión en su cabeza, pero no dejó que eso evitara concentrarse.

Luego de unos momentos, el príncipe encerrado sintió que debajo de él todo empezó a temblar, las piedras diminutas al lado de su jaula se empezaban a mover bruscamente, cosa que lo alarmó. Todo a su alrededor estaba temblando

Sintió un sacudón brusco, cosa que lo obligó a levantarse rápidamente y a volver de a Mal algo nervioso.

—¿¡Mal!? —preguntó a la chica, sin embargo la pelimorada estaba con los ojos cerrados, sin hacerle caso al chico. Chad empezó a  notar que aquello empezaba a asemejarse a un terremoto, y tenía miedo de que alguna roca en el techo de la cueva, le cayera a él o a Mal encima.

Chad entonces gritó el nombre de la chica otra vez, antes de sentir una sacudida que lo mandó al otro lado de la jaula y lo dejó tirando en el suelo metálico de la jaula. Chad trató de levantarse apoyándose en los barrotes con fuerza.

Y de la nada, las sacudidas pararon. Unos cuantos segundos pasaronChad abrió los ojos y frotando su cabeza se levantó notó que estaba con agua hasta las pantorrillas.

¡Agua!.

Chad miró a su alrededor rápidamente y entre los barrotes podía ver un lago en el cual estaba sumergido hasta las pantorrillas, podía escuchar una cascada cercana a él, y