Capítulo 67. "Escape dulce escape II"

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Carlos fue sacado de la camioneta casi a trompicones, el chico sentía su cuerpo pesado, se sentía cansado de luchar contra sus captores durante toda la noche.

Contra su padre.

Gastón lo había amarrado de nuevo y llevado a dar una vuelta por el bosque, Carlos estaba aterrado en aquel momento, había preguntado acerca de que había estado pasando, pero Gastón no respondía a sus preguntas, simplemente hablaba él. Hasta le insultó en varias ocasiones por haber arruinado su plan de casar a Gabe con Astrid y que su hijo, el que si había criado, fuese el rey de Auradon.

Carlos venia de la isla, pero no creía que podía escuchar tantas groserías salir de la boca de alguien.

Se sentía como un tonto total, ¿Cómo no se había pensado en que era Gastón quien había mandado a capturarle desde un principio?, pero aún, ¿Cómo no se había dado cuenta que los hombre recordaban perfectamente su vida como un villano y secuaces, su vida en la isla.

Eso significaba que el resto de villanos también lo hacía. Su madre recordaba.

Pensó entonces, todos los villanos recordaban sus verdaderas vidas, y estaban libres. Eso no era para nada bueno.

Carlos tenía que llegar a la catedral y avisarles antes de que fuese demasiado tarde.

Aunque el chico no sabía desde cuando los villanos recordaban, todos habían actuado diferente, ¿Acaso fingieron todo el tiempo?, ¿O ellos fueron recuperando la memoria poco a poco?.

Definitivamente no sabía que responderle a eso.

Carlos sentía como llevaban su cuerpo arrastrandolo contra el suelo, le pusieron un venda en lo ojos para que no viera absolutamente nada, y esta vez no llevaba mordaza en la boca, pero tampoco es que fuese a gritar, su garganta le dolía de tanto quejarse, gruñir y quejarse, y gruñir.  Tampoco podría distinguir a donde exactamente lo llevaban entre dos de ellos.

—¡Aquí! —Escuchó decir a Le Fou y seguido, escuchó un sonido de un metal grueso deslizándose.

¿A donde lo estaban llevando?.

El chico rápidamente sintió como destacaban la venda de sus ojos de manera brusca. Apenas abrió los ojos y Carlos sintió como lo lanzaba dentro de una habitación oscura y su cuerpo chocaba fuertemente contra el suelo, se quejó y cuando trato de reincorporarse, vio como los secuaces de su madre lo miraban desde lo que parecía el umbral de una puerta.

Horace y Jasper le dieron una mirada y el más alto empezaba a cerrar la puerta cuando cuando el hijo de Cruella los llamó.

—¡Esperen! —exclamó él.

Los hombres detuvieron la puerta y fue Jasper quien se asomó para ver que decía el chico.

—¿Qué?.

—Yo les di la libertad a Dan y a Peter su libertad. —les dijo a Horace y Jasper, Carlos mantenía su cabeza contra el suelo. —. Ellos no debían seguir mis órdenes, y ustedes no deben seguir a mi madre. No deberían ser secuaces toda su vida.

—¿Peter y Dan? —Se escuchó la voz de Horace por el otro lado, el hombre parecía no reconocer aquellos nombres.

—Habla de Jace y Harry, idiota. —gruñó Jasper golpeando la cabeza del hombre bajito, este se quejó, pero Carlos estaba más que todo, extrañado por lo que acababa de decir Jasper.

—¿Jace... y Harry? —Preguntó Carlos con voz ronca.

—¡Ah! —exclamó Horace. —, cierto, que les obligamos a que se cambiaran el nombre en la isla.

El Bien En Tu Interior [Descendientes/Carlos De Vil] LPDA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora