El precio de una mentira (SabiduriaxLocura AMOLAD FIC)

Tu y...¿Yo?

Sabiduría y Adam se miraban incómodamente pues no querían estar juntos pero no podían dejar de un lado la petición de amor cuando ambos ya habían accedido.

"-Que idiota soy-" pensaba Adam pues en ningún momento vio venir el que sabiduría estaba incluido en el plan de amor. Olvidaba que él también era su amigo y no sólo la persona que trabajaba con ella. Ya no le quedaba de otra más que mantener su dignidad y no ponerle peros al asunto.

Adam se levantó de su lugar en completa seriedad y volteo a ver al rubio mirándolo fijo para hablar con el.

-Entenderé si no quieres hacerlo- dijo.

-No,ya se lo prometí a Lovtty y voy a hacerlo...sólo asegúrate de no ensuciar nada- trato de ser igual de serio que el menor y no era algo difícil puesto que siempre es así.

-¡Perfecto! Sabi, toma tu tiempo para ir, no te preocupes por mi, volveré sola a casa- dijo amor tranquilamente.

Sabiduría sentía que amor lo estaba entregando en bandeja de plata y siendo tan listo ya estaba sintiendo de que iba el asunto. Era lógico que lo estaba empujando para que comenzará con el plan de infiltrarse como "amigo" del moreno y así continuar tratándolo como psicólogo a discreción.

No les quedó de otra más que resignarse a aceptar que viajarán juntos pues eso se sacaban por confiar demás. Sabiduría se despidió de amor al igual que Adam y mientras el rubio salía del establecimiento rumbo al auto; el moreno alistaba sus cachorros.

Sabiduría suspiro con pesadez al entrar al auto y se preguntaba a sí mismo porque se dejaba convencer tan fácil por esa chiquilla. No era una pregunta muy difícil de responder ya que fuera del tiempo en el que si distanciaron ellos fueron grandes cómplices a la hora de emparejar a vida con muerte, era de suponerse que ese vínculo de algún modo seguía activo.

Tras unos minutos de esperar por fin llegó la hora de la verdad para sabiduría, Adam se aproximaba con sus mascotas en brazos los cuales tras abrir la puerta trasera del auto los ingresa acomodandolos en el asiento para después en cerrar la puerta. Desde adentro del local amor con una amplia sonrisa sacudía una mano despidiéndose de ambos chicos los cuales hacían lo mismo de vuelta.

Apenas se encendió en motor del automóvil, Adam bajó la cabeza sin hacer ningún ruido en absoluto. Todo apuntaba a que iba a ser la noche más jodidamente incómoda de ambos, alguien tenía que romper ese silencio incomodo y esta tarea sería por un momento para sabiduría pues le gustara o no al menos debía saber a dónde se dirigían.

-Y bien, ¿A donde?- Pregunto el rubio.

-Woodstreet calle 12 en la zona de departamentos...- Dijo sacando su celular y audifonos.

-Vale-.

Las palabras de ambos eran forzadas a más no poder ya que ni el tono de estas era natural, aunque claro, como iban a estar tranquilos después del día que tuvieron. Dejando eso de un lado sabiduría comienza manejar mientras el otro se dedica a escuchar música por medio de su teléfono y audífonos. El lugar a donde deben ir no es demasiado lejano pero el tráfico siempre es un problema así que el viaje que en 40 mins. Se hacía normalmente ahora estaría destinado a durar al menos una media hora más, todo era como una maldición, ambos tendrían que quedarse en aquel incómodo silencio durante mucho tiempo.

El ignorarse iba bastante bien pues Sabiduría con los ojos en el camino y Adam con su atención en su teléfono era lo que propiciaba que por un momento sintieran que el otro no estaba ahí, por su parte los cachorros solo permanecían acostados pues después de tanto jugar en el día y entre tanto ajetreo era normal que estuvieran agotados.

Repentinamente el silencio es interrumpido por Adam que por un descuido el celular se le resbaló de las manos dejándolo caer al piso del automóvil y al pasar ello los audífonos del aparato se desconectarán dejando al descubierto que escuchaba en él, sabiduría al escuchar la melodía volteo enseguida mientras el moreno estaba encorvado tratando de tomar el teléfono ya que este se había metido debajo de uno de los asientos. Tras rapidos varios intentos Adam por fin alcanzó el teléfono poniendo pausa a la música y al alzar la mirada se encontró con la de sabiduría quien lo miraba fijamente.