Capítulo 43: Luna de Miel

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Después de disfrutar del mejor días de sus vidas, de sus dos vidas, Clarke y Lexa llegaban a casa, cansadas después de tantas emociones compartidas, enamoradas más que nunca, pero pese al cansancio estaban dispuestas a que el día no acabara y terminarlo de la mejor forma posible.

Nada más llegar a casa Clarke abrió la puerta con sus llaves y antes de que Lexa pudiera reaccionar la cogió en brazos para entrar en casa a lo película de Hollywood, Lexa soltó una carcajada y después de que Clarke atravesará la entrada y cerrara la puerta con el pie, y antes de que la dejara en el suelo, le plantó un besito en los labios haciendo sonreír a la rubia.

Se dirigieron a la habitación y entre besos y caricias se fueron desprendiendo de sus hermosos vestidos para quedar en ropa interior. Lexa interrumpió la sesión de besos para guardar los vestidos en el armario mientras Clarke la miraba divertida.

- ¿Qué pasa? Nunca se sabe si se volverán a usar

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- ¿Qué pasa? Nunca se sabe si se volverán a usar...

- Yo no pienso casarme otra vez Lex... Ya estoy con la mujer que quiero estar.

- Ni yo... pero... nuestras hijas...

- Dejemos los hijos para otro momento. - Dijo Clarke volviendo a unir sus labios con los de Lexa.

Empezaron otra sesión de besos, el ambiente se estaba caldeando demasiado, está vez añadiendo suaves y tiernas caricias. Lexa dirigió sus manos a la espalda de Clarke para quitarle el sujetador pero cuando fue a saludar a sus monumentos Clarke la paró para quitarle el suyo, y al terminar, dejarle un reguero de besos desde su cuello hasta su pubis para después poco a poco quitarle el tanga.

- ¡Qué mojada amor! - Dijo Clarke para hundir su boca en el sexo de Lexa, pero esta la apartó.

- ¡No estamos en las mismas condiciones! - Y dicho esto cogió a Clarke para que se levantara y poder quitarle ella también el tanga. - Ahora sí.

Dicho esto se fundieron en un necesitado beso, no se habían dado suficientes, y Lexa empezó a empujar a Clarke hacía la cama, cuando ya estaba a punto de tirarla a la cama notó como Clarke empezaba a empujarla a ella en contra dirección.

- ¿Qué haces? - Murmuró Lexa sobre los labios de Clarke.

- Los perros no están. - Murmuró también Clarke sin separar sus labios de los de Lexa - ¿Recuerdas?

¡Oh! Sí que lo recordaba, los perros se quedarían estos días con los padres de Clarke y... Clarke quería profanar otras zonas de la casa... y no había perros mirones, el día perfecto. Así que sin oponer resistencia Lexa se dejó guiar por Clarke, que no separaba los labios de los suyos nada más que para respirar de tanto en tanto, y con algún que otro tropiezo al final consiguieron llegar a su destino, el sofá. Cuando las piernas de Lexa tocaron el sofá Clarke la sentó de un empujoncito para enseguida subirse a horcajadas encima de los muslos de su, ahora, esposa.

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Siempre Te Encontraré (CLEXA AU)Onde histórias criam vida. Descubra agora