¡Necesito un hospital no un chocolate!

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Faltaba una semana más para cumplir los nueve meses y que por fin estos pequeñines salgan de mi enorme barriga.

Era un sábado por la noche, Mathew y yo estábamos en casa viendo una película, ese día Math no había tenido trabajo asi que se quedó en casa todo el día y eso me alegraba.


-¿Quieres comer nena?__dijo Mathew con la mirada en el televisor.

-No, gracias__contesté riendo.


-¿Segura?__arqueo una ceja.


-Que si__volví a hablar.






Estábamos tranquilamente viendo aquella hermosa película, sin inconveniente cuando de pronto.. una punzada en mi cintura una maldita punzada hizo que gritara del dolor y que Mathew saltará cayendo del sillón.





-¿¡Qué pasó?!__dijo Mathew.



-Me-me duele la cintura, no se siento que... oh no..




Mathew abrió los ojos como platos viéndome de pies a cabeza__Hanna.. no me digas que..





Si, daré a luz.






-Si__respondí asustada__los bebés van a nacer.







-¡Qué! ¡no puede ser! , las cosas, voy por la pañelera, ropa.. ¿Qué más?



-Math ...




-¡Oh si! Medicinas, tienes razón también necesitas alguna crema...






-Math..





-Ah y también las papillas, cuando los bebés nazcan deben tener hambre, claro tienes razón..





-Mathew..







-Ah si también necesitas chocolate, eso es bueno para el dolor.. nena tienes..







-¡Matheew!__grité desesperada__¡Necesito un hospital no un maldito chocolate!






-¡Es verdad! ¡los niños! __cambiaba Mathew de un lado al otro__no te muevas, llamaré al chofer para que me traiga el auto.




-¿En serio? ¿Qué no mueva? Y yo que quería irme a celebrar en un bar__dije sarcástica__idiota.





Los dolores iban aumentando cada segundo, tenía calambres que no podían dejarme caminar, sentía que en cada respiración los bebés iban a salir.






-¡Matheeeeew!__grité desde el salón__¡Maldita sea donde rayos estás!





-¡Aquí estoy, aqui estoy! __dijo Mathew entrando nuevamente a la casa__Vamos nena, el auto ya está afuera.






Mathew me quedo viendo al ver que no me movía___¿Piensas dar a luz aquí?





-¡No idiota!__grité enojada__¡No puedo levantarme sola!






-¡Oh si! Perdona.





Entonces se acercó a mi y me cargo despacio hasta llevarme al auto.





Entramos al auto, yo en la parte de atrás sin poder aguantar más el dolor, Mathew aceleraba más el auto tratando de llegar al hospital más cercano___Ya casi llegamos__dijo Mathew.








-¡Apurate!__grité__No aguanto más.






***




Llegamos al hospital y una enfermera me dio una silla de ruedas en donde Mathew me ayudó a sentarme, entonces el me dirigió hacia emergencias en donde unos doctores me atendieron llevandome a una sala de partos.





-Muy bien Hanna, estás suficientemente dilatada para tener a tus hermosos hijos__Habló la enfermera quien me ayudaba a calmar los dolores con epidural__En unos minutos los tendrás en tus brazos.








Mathew se acercó a mi vestido con un traje azul de pies a cabeza, llevaba puesto una mascarilla y guantes de látex.







-¿Cómo te sientes nena?__preguntaba dándome un beso en la frente.





-Oh, de maravilla, de hecho me encanta tener malditas contracciones cada minuto___Dije sarcástica.







-Hola Hanna__Se acercó la Dr. Morrison__Bien, empecemos.





La doctora se puso en frente mío, todo estaba listo, habían doctores, enfermeras y Mathew alado mío.





-Bien Hanna, puja___habló la doctora.





-¡Aaaaahhhhhhhh!____grité apretando la mano de Mathew___Te odio__le dije fulminandolo___¡Es tu culpa que este así maldito Worren! Desearía que te pase lo mismo___¡Aahhh dueleeeee!!






-¡Vamos Hanna sólo un pujo más!__volvió a decir la doctora.






-¡Puja! ¡Puja! ¡Puja!__decía Mathew alentandome___¡Ay no ya van a salir! ¡Dios que es eso!__decía él poniendo cara de asco__¡Oh no Dios Hanna! Que rayos...





En ese momento quería patear su trasero por haberme causado esto.






-¡Listo!__grito la enfermera emocionada.






Y escuché el llanto de bebé. Mis ojos se cristalizaron en ese momento, escuchaba el llanto de mis bebés.







-Felicidades señores Worren__son unos hermosos angelitos__Y me acercó a mis bebés.








Eran hermosos, lo mejor que pude haber visto en mi vida. Tan frágiles y fuertes a la vez; mis pequeños bebés, Noah y Amy.





-Te amo nena, gracias por esto, por esta hermosa historia, por tanta felicidad, te amo.





-Te amo__dije entre llantos de felicidad.





-Al día siguiente llamaremos a la familia.





Gracias Dios por tanta felicidad ¿Qué más puedo pedir?


Mi vecino es un espíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora