Golpeado por el amor© [APV #2]

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 — ¡Claire! ¡Claire! —grité

—Estaba buscándote, pero esos potros salvajes...

—Lo sé —reí —. Son como una corriente brava del río, te llevan con ellos en contra de tu propia voluntad.

Caminamos juntos por el largo pasillo que nos llevaría a la cafetería. Sentía unas ganas tremendas de tomarla de la mano, pero no estaba seguro de que fuera lo correcto, no quería que se sintiera como si la estuviese presionando.

— ¿Por qué fuiste a detención esta vez? —le pregunté tratando de sacar un tema de conversación.

—Pues... Por lo mismo que tú.

— ¿Pensabas en ti? —reí.

—Claro que no —rodó los ojos —. La señora Gómez me sorprendió dibujando corazoncitos en clase, y para el colmo había escrito tu nombre unas diez veces —rió sonrojándose.

«Entonces ella también se la pasa pensando en mi» sonreí para mis adentros.

—Entonces, este pechito es motivo de distracción —dije señalándome con una gran sonrisa.

—Déjate de boberías —me dio un codazo —. Se supone que ya no volvería a detención —suspiró pesadamente.

—Solo bromeaba —puse cara seria.

El resto del camino estuvo inmerso en el silencio incómodo. La cafetería estaba repleta como era de esperarse, la muchedumbre gritaba con desesperación.

—Creo que no habrán malteadas —dijo haciendo una mueca.

— ¿Qué no? Sabes que tardaría mil años en una cola por complacerte.

—No es necesario, Marcos. Traje algo para desayunar —señaló su lonchera.

—Pero te invité una malteada, y cumpliré con mi palabra.

—Deja de hacerte el caballeroso y vamos —sonrió —. Luego iremos por la malteada.

Nos sentamos en el mismo banco que antes, donde el sol nos quemaba pero no se escuchaba en bullicio de la cafetería.

—Traje sándwiches de atún y un poco de limonada —sacó lo mencionado y lo distribuyó entre ambos.

—Claire... —ya empezaba a quejarme.

—No acepto rechazos —puso carita de cachorro, se veía tan tierna —. Me romperías el corazón.

—Sabes que nunca haría eso, preciosa —tomé el sándwich.