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Los pasillos estaban desolados, las puertas estaban cerradas, los alumnos estaban en sus aulas inmersos en las palabras de sus maestros, cualquiera que huía de los problemas seguiría esos pasos a menos que quiera acabar en detención.

Escuchaba atentamente las palabras de la señorita Córdoba, quien se esforzaba por que la mayoría de la clase entendiera las funciones trigonométricas. Esta era la segunda vez que repetía como de un triángulo obtener las funciones principales, pero pocos lográbamos entender.

—Entonces así es como obtenemos la tangente —dijo soltando un pesado suspiro —. ¿Captan la idea?

—Lo siento señorita Córdoba, pero lo que acaba de explicar a penas y pude retenerlo —se quejó Benjamín; mejor conocido como Ben; desde el fondo del salón.

—Si pusieras más atención a mis palabras y dejaras a un lado tu teléfono quizás retengas más ¿No crees? —suspiró —. Pídele ayuda a uno de tus compañeros.

El timbre resonó en el pasillo y en un solo movimiento todos habíamos recogido nuestras pertenencias —. Antes de irse mis queridos pupilos, ejercicios de la página veinte para mañana.

Salimos en orden, fila por fila como estábamos acostumbrados, pero el pasillo estaba repleto de desesperados estudiantes que conversaban abiertamente, formando una especie de mercado.

Tomé un atajo, para evitar el gran bullicio. El pasillo que llevaba a la cafetería estaba casi vacío, por lo que podía caminar sin ningún problema. Las aulas de ese bloque estaban vacías al parecer habían salido tiempo antes que nosotros, empecé a caminar junto a las paredes toqueteando tras cada paso hasta que ¡Bang! Todo se tornó oscuro y un fuerte dolor se apoderó de mi nariz.

—¡Rayos! —fue lo único que pude exclamar.

Golpeado por el amor© [APV #2]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant