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Lamento si tardo en actualizar en general. Jamás pensé que escribiría un fic con estos tópicos por lo que soy muy nueva en esto. Además, empece las clases en un colegio super exigente y con mucha carga horaria :(

Los recuerdos del día de ayer fueron lo primero que vino a mi mente cuando me desperté. Estaba mal, muy mal... Pero con solo recordarlo, no solo tenía ganas de que algo así se repita, si no que sentía algo ahí abajo.

Mi forma de verlo a él había cambiado irreversiblemente, había despertado una sensación en mí que no sabía que existía. No era como mis antiguos enamoramientos... aunque ni siquiera creo que pueda considerarse como uno con lo poco que lo conozco.

Era diferente, parecía algo como prohibido... y no podía negar que me encantaba en cierta forma, a pesar de que no era lo mejor admitirlo tan libremente.

Una sensación en mis pantalones empezó a reclamar su atención. No estaba muy seguro de como era que tenía que hacerlo, pero cerré los ojos tratando de ver como Ryan lo hacía.

Mi mano se introdujo bajo la tela de mi braga, acariciando lentamente mi pene. Empecé a suspirar repetidas veces, mientras sentía que mi cara se volvía roja. Tenía calor, o al menos sentía como si hiciera demasiada temperatura bajo las sábanas.

Poco a poco, empecé a mover mi mano por toda mi longitud con más velocidad a medida que lo iba necesitando hasta llegar al punto de sentir tal presión en mi estómago que sentía que luego iba a estallar, cosa que hice no literalmente.

Me recosté completamente en mi cama, dejando que mi respiración se calmara poco a poco mientras mi cerebro trataba de procesar lo que acababa de hacer.

Escuché el ruido de la puerta principal, por lo que rápidamente tome unos bóxers y me encerré en el baño.

Me cambie la ropa interior para luego lavar mis manos y esconder la ropa interior femenina en algún lugar donde nadie pudiese verlo.

Me recosté de nuevo en la cama y fingí estar dormido cuando sentí que Ryan abrió la puerta.

—La próxima vez que quieras hacerte el dormido, recuerda secarte las manos.— me susurró en el oído.— Hola bebé ¿Me extrañaste?

Abrí los ojos mientras sentía que mis mejillas enrojecían.

—No, estuve ocupado con otras cosas.— dije, evitando mirarlo.

—¿Ah sí? ¿Estuviste tocándote a ti mismo sin mí?— dijo tomándome del mentón para que lo mirase directo a la cara.

Si mi cara se volvía un poco más roja, era probable que estallara.

—Responde, Brendon ¿Lo hiciste?

—S-sí.

—Sos un chico muy, muy sucio, Brendon.— dijo negando.— Así me gusta.

Esas últimas palabras salieron de sus labios a una distancia casi mínima de mi oreja. Su respiración chocaba directamente con la piel de mi cuello, erizando mi piel de manera casi total.

Sus labios empezaron a rozar aquella porción de piel muy levemente. Tocándola por muy poco. Aun así, sentía que todo lo que tocaba se quemaba. Cerré mis ojos ante esta nueva sensación agradable.

Pasaron unos segundos en donde se quedo estático en un lugar fijo estaba estático. Solo podía concentrarme en aquel sentimiento desconocido y en mi respiración algo agitada.

Tomó una gran cantidad de aire por la nariz para luego expulsarlo de manera exagerada contra mi piel, provocándome un escalofrío por toda la espalda.

—Hueles muy dulce. Quizás a flores... es delicioso.— soltó antes de salir de su escondite.

Me dedicó una media sonrisa y luego se paró y se fue hacia la puerta sin decir nada más hasta que lo interrumpí cuando salí de mi trance y entendí las intenciones que tenía en ese momento.

—¿A dónde vas?— le pregunté, queriendo que se quedara conmigo un poco más de tiempo.

No solo era mi única compañía en esta casa de día, había más en mí que tenía ganas de que se quedara. Una de esas cosas, era el irremediable deseo de conocerlo más allá de aquel misterio en el que se protege.

—Tengo que estar lejos de vos ¿Lo recordas?— dijo guiñándome un ojo.

Se fue, dejándome solo y muy confundido. No entendí por qué el cambio de actitud tan repentino.

Quizás quería buscar algo más divertido que molestar a un chico inocente que está cerca de terminar la secundaría.

Trabé la puerta mientras tomaba uno de mis labiales para comenzar a pintármelos, mientras rogaba a la nada misma que cuando empiecen las clases me haga algún amigo o amiga para que mis días no fuesen tan aburridos o tan... no había forma de describir lo que era pasar un día así con Ryan. Tal vez porque solo pasó una vez y así se iba a quedar.

Internamente, deseaba que no fuera así.

b f b ;; rydenWhere stories live. Discover now