Pasados.

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Pasados.


En las calles de Olimpo, Miroku conducía de camino a su departamento luego de ir a dejar a Sango al de Koga, quien en silencio se hallaba en el asiento del copiloto y parecía molesto.

–Koga...

–¿Qué? –su tono de voz le dio a entender que no parecía, estaba molesto.

–el golpe que te dio Sesshomaru...

–¿Qué tiene?

–sobre ello... no tenías que...

–eso no lo decides tú –Miroku freno de golpe.

–puedes dejar esa actitud –lo miro molesto, mientras desde afuera un mensaje en una voz femenina y suave, le anunciaba que estaba estacionado en un lugar no habilitado y debe mover el auto o recibirá una multa –en verdad, no sé qué te tiene molesto, pero en serio... te iba a agradecer, pero no logras más que cabrearme con esa...

–te pasaran una multa si el mensaje se escucha por tercera vez –le dijo Koga luego de acomodarse y mirar para afuera.

–a la mierda... –comenzó a conducir.

–no tienes que agradecer porque solo paso, no fue algo que haya pensado hacer, eso...

–oh, entonces estás molesto por haber sido golpeado.

–no, por no saber por qué lo hice, ni siquiera te conozco... no soy así... yo... solo me siento extraño...

–entiendo –dijo sonriendo Miroku entrando en el estacionamiento del edificio –aun así gracias –paro para salir siendo seguido por Koga –tal vez se lo tengo que agradecer a tu instinto –lo miro sonriendo.

–claro, yo le agradeceré el golpe –dijo sonriendo entrando al ascensor.

–vaya, hasta que sonríes.

–supongo –de alguna manera ya no se sentía molesto y se lo adjudicaba a quien estaba a su lado.

En la recepción Miroku hablo con un hombre bajo y con unos kilos de más.

–Hashi, él es Koga y se quedara conmigo –Koga solo inclino la cabeza en forma de saludo.

–encantado de conocerlo joven Koga.

–Hashi ¿no hay recados?

–no, amo Miroku.

–bien, te aviso que mañana saldré de viaje de negocio, dejo en tus manos mi departamento.

–entiendo, amo Miroku –le reverencio.

Él y Koga se fueron al ascensor subiendo al quinto piso y entrando en la tercera puerta del lado derecho.

–entra, quítate los zapatos, ahí hay zapatillas de descanso –apunto a un pequeño armario.

–wow... no veía uno de estos hace años, creí que ya nadie los usaba.

–pues, yo sí... ¿Por qué el ventanal está abierto? Jamás lo dejo abierto –lo cerro, Koga llego a su lado, Miroku sacudió la mano derecha y como si de magia se tratara en su mano apareció la navaja que antes había puesto en el abdomen de Koga –quédate aquí, alguien debió abrir el ventanal...

–si fue así, ese alguien ya no está –dijo Koga tranquilo.

–¿Cómo lo sabes?

–instinto –dijo como si nada.

D.N.A = Gene.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora