Reencuentros y Bipolaridades

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En un momento como ese lo primero que Isak hubiera sido llamar a Even. El seguramente hubiera estado a su lado aconsejándolo o simplemente haciéndole cariño, pero al parecer el mayor estaba demasiado ocupado con Sonja.

Después de desaparecer rápidamente del hospital mental en donde su madre estaba ingresada tomó un taxi y se fué directamente a su piso. La única persona que se encontraba allí era Linn, y seguramente estaba demasiado ocupada deprimiendose que ni siquiera notó la dramática entrada de Isak al lugar.

Sabía que tenía más de siete llamadas perdidas de su padre, pero aún cuando ya estaba dentro de su habitación algo más tranquilo, no lo llamó de vuelta. Necesitaba estar solo, sabía que había sido un cobarde al irse del lugar de aquella manera, pero ver a su madre de esa manera en una camilla de hospital era algo demasiado duro. Aún tenía rencor en su corazón debido a lo mal que lo había pasado cuando vivía junto a su progenitora y junto a su padre, pero claramente no podía odiarla, sabía que aquella enfermedad que invadía la cabeza de su madre no era su culpa, no era la culpa de nadie.

Suspiró y se acomodó en la cama abrazandose a la almohada que yacía a su lado la cual aún tenía impregnado el olor a Even en ella.

Sabía que tenía que volver a verla, era su madre y si o si era alguien importante para el.

Se quedó recostado en su cama hundido en sus pensamientos hasta que su teléfono comenzó a sonar, era un número desconocido. El chico se sorprendió ante ello, pues no era una persona a la que números desconocidos llamaran todo el tiempo, aún así contestó.

-¿Hola?

Un suspiro sonó al otro lado del teléfono e Isak frunció el ceño algo confundido.

-¿Hola?- Repitió de nuevo.

-¿Isak?

El mencionado aguantó la respiración, podría reconocer la voz de su madre desde cualquier lugar.

-¿Mamá? ¿De dónde sacaste el teléfono? ¿Estas bien?.- Su voz sonaba preocupada, era normal, no todos los días tú madre enferma te llama desde un hospital mental con un teléfono desconocido.

La llamada se cortó antes de que la madre del chico pudiera responder. El silencio invadió la habitación nuevamente dejando un gran vacío. 

Entonces tomó su teléfono y salió.

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Era extraño estar allí sabiendo que había estado ahí solo unas cuentas horas antes. 

Ya sabía que habitación era, e iba tan apurado que no le importó  pasarse por la recepción. Caminó rápidamente por los pasillos del lugar con su corazón latiendo a mil por hora. Llegó a la habitación rápidamente y allí estaba su madre, como si jamás lo hubiera llamado, por un momento Isak dudó que aquella llamada hubiera sido real. Se acercó y tomó su mano.

-Lo siento por no estar ahí para ti madre, si esto es difícil para mi, no quiero saber como lo es para ti. Se que seguramente no estés escuchando esto, pero quiero disculparme, lo siento. Lo siento por darte la espalda cuando tú más nos necesitaste, a mi y a papá. 

Para aquellas alturas la lagrimas ya estaban corriendo por su rostro sin la intención de parar.

-De verdad lo siento.

Dejó el lugar unos minutos después. Se sintió mejor de lo que se había sentido hace ya mucho tiempo, se sentía bien, le había hablado a su madre, aunque fueran unas pocas palabras, y le había contado como se sentía. 

Estaba decidido a irse cuando escuchó una voz gritando que se le hizo familiar, muy familiar.

Con curiosidad se acercó a la puerta de donde provenían esos gritos y abrió la puerta de golpe. 

Even estaba allí, Sonja y una mujer a la que no conocía también. El rubio tenía sangre en las manos y algunos pedazos de vidrio roto se repartían por el suelo. 

El corazón de Isak se aceleró nuevamente, no entendía ni una mierda. Su corazón se encogió al ver las manos del chico al que quería sangrar de aquella manera.

-Isak...-La voz de Even se escuchó como un susurro.


I choose you (Evak) Skam. TERMINADA.Where stories live. Discover now