Especial N .1

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Antes que todo les debo recordar que esto es un EXTRA, por lo que no tiene nada que ver con la historia.

Lo primero que vió Even al abrir los ojos, fue los rayos de sol pegándole en el rostro, al parecer su empleada ya se había pasado por su habitación y había abierto las cortinas, desde los grandes ventanales de su habitación se podía ver el bosque, algo que añoraba.
A veces deseaba enfrentar a sus padres y decirles que quería, por lo menos algún día, ser un humano normal. Dormir hasta tarde y que su empleada no entrara a su habitación cada vez que quisiera.
A pesar de sus deseos, sabía que aquello no era posible. Su familia era una de las más poderosas del pueblo, el cual mayoritariamente se formaba por campesinos o artesanos, gente común y corriente pero a los cuales sus padres llamaban "Escoria". El era parte de la familia fundadora del lugar, por lo que concentraban la mayoría de las riquezas del pueblo, razón por la que casi todas las familias los odiaban. Solo habían tres familias más en aquel pueblo con un poder parecido a él de ellos.
Suspiró lentamente y salió a duras penas de su cama, no tenía ganas de hacer nada pero su madre el día anterior le había dicho que algo muy importante ocurriría aquel día.

Llamó a Annabeth, su empleada con la campanilla que estaba al lado de su mesa de noche, la vela que usaba para iluminar ya estaba completamente derretida.
La mujer de mediana edad llegó en unos minutos y comenzó a preparar la tina para Even, o "Señor" como ella le decía, con diferentes sales minerales y burbujas.
Cuando esta se fue, el rubio se desvistió rápidamente y se metió a esta, cerró sus ojos y disfrutó de la tranquilidad que un momento como aquel le brindaba. Ese era uno de los pocos momentos en el día en el que podía pensar tranquilamente.
Sonrió al recordar su rostro. Isak.
Aquel chico trabajador del pueblo.
Se había enamorado de él desde la primera vez que lo había visto, fué un día el en que había decidido salir a cabalgar. Se encontraba en las cercanías de el bosque cercano al pueblo cuando escuchó un extraño ruido. Era alguien llorando.
Llevado por la curiosidad se había bajado de su caballo, Max y caminó lentamente hacia aquella misteriosa persona sin intención de espantarla.

Desde su posición logró observar una cabellera rubia con algunos rizos y un rostro completamente rojo, debido a las lágrimas.
Fué amor a primera vista. Se quedó todo el tiempo ahí mirándolo, pero no le dijo nada, simplemente observó, porque hay veces en las que las personas necesitan estar solas, no que una persona entrometida se metiera en su tristeza, el mismo lo había pasado.

Por su atuendo se podía notar que no era como él, que era un aldeano, la suciedad en su rostro y manos lo delataban. Seguramente era un herrero.

Ya era de noche cuando el chico lloroso había dejado ese tronco en el que había estado sentado en el bosque. Después de que se fuera, una soledad que jamás sentía lo invadió y se prometió a si mismo encontrarlo.
Así había sido como Even, conoció a Isak. No le costó mucho encontrarlo pues vivían en un pueblo pequeño. Se enteró que efectivamente, era herrero y aquel ayudaba a su padre en aquel trabajo.
La primera vez que habían hablado, Isak se había sorprendido que una persona tan pudiente como Even lo era, lo visitara. Se conocieron de apoco, de eso yacía más de un mes, un mes desde que su vida había comenzado a ser aunque sea un poco, más feliz.

Habían decidido encontrarse aquella noche. Ya podía decirse que eran amantes, se habían besado, habían hecho el amor un montón de veces, pero aún así sabían que lo de ambos no era posible, algún día a Even lo comprometerían con alguien de su misma clase, e Isak lo debería dejar ir.
No, no, se negaba a que eso ocurriera, Isak se había convertido en la persona más importante de su vida y no dejaría que nadie se la arrebatara.

-¡Even! Ven ahora mismo.- La voz de su madre le hizo abrir los ojos. Rodó estos y a duras penas tomó la toalla de terciopelo más cercana, para luego salir de la bañera y ponerse esta en la cintura.

I choose you (Evak) Skam. TERMINADA.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora