Capítulo 37| Ciclo eterno hasta el fin

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Se lamentaba por tantas acciones que ahora no podría remediar...

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Ink volvió a despertarse, una vez más en Outertale. Miró confundido hacia los costados, sin saber qué había pasado. Con temor, notó que el universo de nuevo estaba destruido, igual que como antes de ver a Error y morir en la lucha por un pequeño despiste.

Temía que volviera a pasar lo mismo, que cuando viera a Error perdiera los recuerdos y la ira sucumbiera ante él, cosa que le haría luchar otra vez. Y por algún motivo, la memoria le regresaría antes de morir, y no podría siquiera decirle a Error lo que sentía, si él recordaba algo.

Ink decidió que lo mejor sería volver al Anti-Void y cuidar de los pequeños, pues no los podía dejar solos, eso sería muy irresponsable par Ink. Aunque en unos dos días seguramente ya alcanzarían una edad avanzada y se podrían cuidar solos, por lo que no se tendría que preocupar por ellos.

Ink abrió un portal con el corazón latiendo a mil por hora. Sentía que no estaba haciendo lo correcto, que lo que estaba pasando se tenía que arreglar si quería tener su consciencia en paz. Pero... ¿Cómo se lo haría para hablar con Error si pierde la memoria? 

Al entrar en el Anti-Void, Ink sintió como si su alma se rompiera. El lugar estaba vacío, como hacía muchísimo tiempo, no había rastro de todo lo que había creado. El Anti-Void había regresado a ser otra vez el Anti-Void que debía ser.

Ink, asustado, volvió a abrir un portal para ir a cualquier otro universo, pero siempre acababa de Outertale, no podía ir a ninguno más.

El esqueleto comenzó a caminar otra vez, hasta llegar a un lugar en el que yacían las zapatillas de OuterSans y la bufanda de su hermano. ¿Pero dónde estaba ahora Error? Debía encontrarle e intentar arreglar ese problema que se había creado.

¿Pero era un problema temporal o un problema simplemente de universos? Ni Ink, el mismísimo creador de tantos universos lo sabía, incluso era demasiado confuso para él.

Poco a poco, los recuerdos de Ink se fueron entremezclando, cosa que le hizo retroceder y tomar su cabeza, que dolía bastante, además que empezaba a marearse. Ver tanta destrucción le hacía recordar viejos tiempos, y eso le estaba haciendo perder la memoria. Estaba todo acabado. No podría hablar con Error, y lo más seguro es que volvería a morir.

Todo era inevitable en esos momentos. Su destino había sido escrito, y tal como creyó, su memoria acabó otra vez desapareciendo, por lo que el confuso Ink sin ningún recuerdo volvió a caminar en busca de venganza contra Error.

Al fin, el Ink vagabundo e iracundo encontró a Error, mirando entre toda la destrucción, con una mirada llena de arrepentimiento que cambió a una distinta, a una cargada de emoción al ver a Ink, que se esfumó cuando vio que Ink se acercaba con la mirada rabiosa y el pincel en mano.

  — ¡Ink!— Gritó Error mientras se acercaba al esqueleto más bajo, que le miró confuso, pero decidido a acabar con su vida.— Yo lo siento mucho... Yo... Perdí la memoria y no sabía qué hacía. Podemos reconstruir el universo juntos, ¿no?

Ink no contestó, simplemente derramó unas lágrimas llenas de rabia y sujetó el pincel, y sin que Error se lo esperara, se lo clavó en su punto débil: su alma.

Al no poder hacer nada, Error comenzó a convertirse en polvo entre lágrimas de confusión, e Ink, empezó a reír cada vez más fuerte, sabiendo que ahora los universos estaban a salvo. Pero, otra vez recuperó la memoria. Pero ya era demasiado tarde. Error había muerto.

Ink se quedó junto al polvo de su amado, llorando, sintiendo como su alma se desgarraba. ¿De qué le servía que los demás universos estuvieran a salvo si no tenía a alguien con el que pasar el resto de su vida? De nada, no le servía de nada.

Ink, de repente, sintió su cuerpo desvanecerse. No entendía la razón, hasta que notó que se estaba volviendo polvo. Quizás eso iba a ser lo mejor, solo quería desaparecer, solo quería ir con Error. Solo quería entender qué estaba pasando.

Y al fin, el cuerpo de Ink se pulverizó, cayendo junto a las restas de Error y antiguos habitantes de Outertale.

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El ciclo de despertar una y otra vez en Outertale no acabó, siempre uno de ellos dos moría, y el superviviente, acababa convertido en polvo por la tristeza. Quizás, por toda la vida iba a ser así, ya ni siquiera sabían cuánto tiempo había pasado desde el primer ciclo, aunque los dos recordaban sus vidas pasadas.

Ink siempre tuvo la determinación de que algún día todo acabaría, ya sea muriendo y nunca reapareciendo o que al fin pudiera hacer las paces con Error y conseguir rehacer la vida, pero eso pintaba demasiado complicado.

  — ¿Por qué?— Se preguntó Ink, caminando otra vez, esperando a que la memoria desapareciera otra vez.— ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué me quitaron mi única felicidad? 

Pronto las preguntas de Ink serían respondidas por su investigación, pero durante ahora, solo debería seguir en ese ciclo de muerte o muerte. Ya no tenían ni posibilidades de vivir, pues en el Anti-Void, si uno de ellos dos iba, el otro lo encontraría y lo asesinaría a sangre fría.

Lo bueno es que durante hacía un tiempo habían dejado de sentir dolor al morir, cosa que les facilitaba la vida, la vida que tenían disponible.

Y otra vez, Ink y Error perdieron la memoria. Y esta vez, la perdieron los dos, librándose en una batalla en la que acabaron muriendo los dos a la vez por la pérdida de energías, y esta vez, sin siquiera volver a recuperar la memoria unos instantes antes de morir.

Y otra vez, Ink volvió a despertar en Outertale...

FIN

Siempre quise acabar mal una historia, no sé por qué. Lo siento si os rompí las ilusiones de un final bonito, pero este es el final que en mi mente quedó mejor.

¡Pero tranquilas, queridas lectoras, que habrá epílogo! Y quizás las cosas se solucionen, o simplemente, solucione algunas dudas. ¿Quién sabe?


[ErrorSans x InkSans] [ErrorInk] 'Un error'Where stories live. Discover now