CAPITULO VEINTISEIS

765 59 0
                                    

LEER LA NOTA DEL FINAL.

Narra Mariam:

Estaba luchando contra mi subconsciente ya desde hace un rato sobre tocar o no la puerta de el cuarto de Nate, no sabía qué decir, pero sé que él tenía que hablar y mucho.

— ¿vas a querer pasar o piensas quedarte ahí todo el tiempo? — escuché la voz de mi mejor amigo al otro lado de la puerta y seguido de esto el seguro quitarse.

Coloque las llenas de mis dedos en la puerta empujándola levemente adentrándome en el cuarto, todo estaba como siempre; desordenado.

— ¿Nate? — lo llamé buscándolo con la mirada, ¿cómo un hombre tan grande puede perderse en un cuarto tan pequeño. — Nate — insistí caminando a la puerta del baño.

— ¡AHHHHHHH! —gritó el saliendo de aún lado del armario haciendo que yo gritaría también.

— ¡Pudrete! Me va a dar un maldito paro por tu culpa — coloque una mano sombre mi pecho que subía y bajaba desenfrenadamente y por su parte el reía sin control.

— No digas cosas de esas, ninguno va a volver al hospital ahora que me siento mejor que nunca. — caminó hasta su cama dejándose caer en esta con cuidado de no lastimar su cabeza, claro.

Minutos después donde el silencio fue presente decidí hablar.

— Tengo que explicarte muchas cosas que no recuerdas Nate, yo fui quien causó todo esto, de verda yo no quería que pasara pues yo te quiero más de lo que debería — sentía como mi vista se nublaba por las lágrimas que comenzarían a salir.

— En la mañana antes de que tú llegaras, tuve un recuerdo de mi dejando una carta en tu jardín, creo que es la carta que me diste en el hospital, pero no recuerdo cuando la escribí y es algo que me está matando la cabeza —tiro de los cortos cabellos con frustración, rápidamente me acerqué a él deteniendo sus manos.

— No voy a permitir que te hagas daño, ya sufriste demasiado — acaricie su rostro con mis dos manos tratando de tranquilizarlo — yo voy a ser cien por ciento sincera contigo, voy a contarte todo lo que tú quieras aún con el mínimo detalle, ¿si?

El levantó la vista y se limitó a asentir — pero antes quiero pedirte una sola cosa — me miró e imite su acción esperando a que siguiera hablando — bésame.

Desvíe la mirada hacia el piso parpadeando varias veces tratando de hablar pero nada salía de mis labios — yo...ytú, no sé si — solté un suspiro rendidor regresando mi vista a la de él y entonces lo hice antes que que arrepintiera de no haberlo hecho.

Coloqué mis labios sobre los de Nate comenzando un beso suave al que correspondió gustosos así lo sentía, este comenzó a volverse más intenso cuando el atrapó mi labio inferior entre sus dientes.

Estaba sentada en las piernas de Nate desde hace un rato, nuestros labios no se habían separado más que para tomar aire, pero siempre volvíamos a unirlos.

— Nate es suficiente — junte todas mis fuerzas para separarme de él, y mirarle a lo ojos y una mirada rápida a sus labios hinchados, que seguro yo estaba igual — tenemos que hablar, es tiempo.

— háblame entre besos — sonrió alzando ambas cejas divertido.

Este hombre es imposible.


Mejores Amigos. [NATE MALOLEY]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt