Capítulo 5

26 1 2
                                    

— ¿Shawn que haces aquí?— le pregunte desubicada en lo que pasaba.

—Amm hola Iselin, yo me tengo que ir, hasta luego — y se fue sin responder a mi pregunta, pero estaba nervioso...

— ¿Conoces a ese guapetón?— me dijo Cassi mientras trataba ella de no dar un grito de emoción.

—Si, es mi vecino y ya. No me molestes — como sino conociera a Cassi.

— Y Matthew ¿de que habló contigo?

—Amm no te puedo decir, lo siento Ise— no le quise insistir así que no dije nada y caminamos los tres hacia nuestra aula.

Shawn me ocultaba secretos aunque yo hacia lo mismo. Pero él no era de guardarte cosas. Y empezaba a sospechar algo.

Las horas pasaron y yo casi no prestaba atención a las clases. Estaba ahí y todos igual, pero estaba perdida en mis pensamientos y eso no lo sabían los demás. Quería llorar, mis ojos se cristalizaron sin ningún motivo pero trate de ocultarlo, aunque una chica llamada Jessica me vio extraño, creo que ella si se había dado cuenta de lo que me sucedía pero mis amigos ni se percataron un segundo. Tal vez era que yo siempre era así, me comportaba bien y no hablaba como perico y por eso no se daban cuenta.

Llego la hora de la salida y estaba esperando mi segundo autobús para regresar a casa cuando vi a Shawn llegar a la parada, había olvidado que él también lo tomaba. Aparte mi vista de él antes de que viera que lo miraba.

—Hola — me dijo Shawn al llegar a mi lado.

—Hola— conteste seca.

Subimos al autobús y se sentó a mi lado como siempre. Y de repente de nuevo tuve la ganas de llorar, ¿qué me estaba pasando? 

Volteé mi vista hacia la ventana evitando que Shawn me viera llorar. Pero para mi mala suerte mi nariz empezó a escurrir. Y Shawn volteó a verme.

—¿Estás llorando? ¿Qué pasa? ¿Quieres que bajemos y tomemos un poco de aire?

—No, estoy bien. —mentí.

—No. Ven, vamos a bajar.

—No.

Pero Shawn era más fuerte y terco cuando se lo proponía, así qué, me agarro de la mano y me jalo hacia la bajada del autobús.
Salimos y me cargo. Me cargo. Aunque parecía un costal de papas que llevaba.

—¡Shawn bajame! ¡Bajame!

—No. —dijo entre risas.

—Te patearé.

—No me importa, te voy a llevar a un lugar y ahí me podrás hacer todo lo que quieras.

—Haz lo que quieras— le dije y en cuanto acabe comencé a llorar. Y vi todo negro.

Desperté y vi a Shawn tecleando algo en su celular. Pero estaba vez, estaba en un lugar que no conocía, era un campo pero nunca antes había venido aquí. Me pare de la banca de la que había estado acostada.

— ¿A dónde estoy?— le pregunte.

— ¿Dormiste bien?

— ¿Entonces me dormí y no me desmaye?— pregunte algo confundida.

—Te quedaste dormida de...
Espera, ¿no recuerdas que hiciste?

—No. ¿Que hice?— pregunte entrando en pánico por que no recordaba nada.

—Bueno, lloraste mucho mientras te cargaba, esto es prueba, — me dice, señalando el hombro de su camisa que esta todo mojado — pero no importa. Llegamos y lanzaste piedras al río, gritaste y claro cumpliste tu promesa de patearme y después de llorar mucho te quedaste dormida en la banca mientras yo buscaba algo que comer.

Chica CaídaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora