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El frío se coló por la ventana, Namjoon intentó ponerse de pie pero no pudo, el licor seguía inundando sus sentidos, la presión en el pecho y las lágrimas le impidieron ver con realidad.
Nuevamente era ese estúpido y fatídico día.
Si el no hubiera sido tan estúpido, aún tendría a Jin entre sus brazos en ese momento junto a sus pequeños hijos.
¿Estarían bien? ¿El Namjoon del pasado seria menos gilipollas que él? Le tenía mucha envidia al Namjoon del pasado, ese gilipollas aún podia sostener a Jin entre sus brazos y escuchar sus "te amo".
Con dificultad se levantó de la cama que alguna vez compartió con Kim Seok Jin, su esposo, y observó como había cambiado tanto en tan poco tiempo.
La habitación que solía ser rosa pastel con decoraciones negras había perdiso su brillo, los dibujos de Yoon Gi, Hobi, Jiminnie y Tae habían desaparecido levemente y ya no había maquillaje tirado por la habitación.
Su ropa ya no se mezclaba con la de Jin en el cesto de lavar y el baño ya no se llenaba de vapor por las obscenidades que el solía hacer allí con Jin.
Caminó por el pasillo, los cuadros se habían llenado de una capa ligera de polvo, quizás necesite llamar a Ken una vez más, la casa se sentía muy sola sin Jin y los niños.

— ¿Hoy?—la voz de Ken sono triste— Namjoonnie, hoy  tengo que llevar a los gemelos al hospital para sus vacunas

—...— soltó un suspiro angustiado— Por favor, es... tu sabes...

— No vayas a Jeju de nuevo por favor

—Pero...—

—No es saludable, Namjoon— se escuchó llanto de bebés del otro lado— Ire a verte en la noche, llevaré a los niños, espero que no te molesten

— Sí, no importa, saldré por ahí—

— Abrígate y no hagas ninguna tontería

— Hasta luego, Ken—

Tomó su abrigo y algo de dinero, sin los niños en casa era mucho mas fácil emborracharse y volver drogado a casa, Ken se encargarias de arreglar sus mierdas mañana y Leo le dará un buen sermón cuando le vea.

— Sería mas fácil si estuvieras aquí—.

Reviso las notificaciones de deudas, al parecer el banco se había confundido, él nunca adquirió un tercer préstamo y menos para gastos médicos.
¿Por qué estaba esa deuda a nombre de los esposos Kim?
¿Acaso Jin había solicitado ese credito antes de morir? No tenía sentido, ellos se confiaban todo.

— ¿Que me ocultabas, Jinnie?

El cuadro familiar estaba colgado en la sala, no lo entendio, el lo habia instalado en su habitación hace unos días.
Se dirigió a Incheon, si el no hubiera sido tan tonto y tan impulsivo hubiese podido pasar una hermosa tarde en esa ciudad junto a sus hijos ese terribe día.
Si el no hubiese sido un imbécil con Jin, no estaría llorando su ausencia, le dio otra calada al cigarrillo que llevaba consigo y se sentó en el puerto.

— Joder, Jin, no tengo tiempo para eso —habia dicho años atrás— Habrá otros cumpleaños, estoy ocupado

— Pero es nuestro bebé, Namjoonnie— podia escuchar su voz rota pero no le prestó atención— Solo quiere pasar el día contigo

— Volveré la semana que viene, Seok Jin y ni una palabra de eso—

— Amor, el cumpleaños es el jueves— dijo con la.voz cansada— Haz un esfuerzo por favor... por mí

— Ya veremos...—

No había sido una discusión en toda regla, pero el había cortado en medio del "Te amo, Namjoonnie, cuidate mucho", sin saber que las siguientes conversaciones serían demasiado cortas para repetirlo.

"Sorpresa sorpresa, amor"

Ese era el último mensaje que Jin le había dejado...
¿Que significaba eso?
¿Por que había sido tan mierda con el amor de su vida? ¿Qué le costaba haber regresado a casa? ¿Que le costaba haberse quedado en Incheon en vez de irse a celebrar a Jeju?
¿Por qué carajos tuvo que tomar ese ferry? ¿Por qué ese ferry? ¿Por que le siguió a Jeju?

— Te extraño, Kim Seok Jinnie— sollozo observando el tranquilo paisaje— Como no tienes idea, mi amor

El alcohol emboto sus sentidos, podía escuchar personas murmurando por su comportamiento, no era extraño que la gente viniera a llorar a ese lugar, ya era una costumbre, sin embargo verlo a él, el compositor y productor Kim Namjoon llorando borracho en ese lugar era todo un espectáculo.
Se acercó lentamente a la baranda que lo separaba de las inquietas olas y observó el mar, el agua debía de estar helada... como ese día...
¿Podía hacerlo? ¿Podía unirse a Kim Seok Jin en el más allá? ¿Quién cuidaria de sus niños? Ken se encargaria, él los criaria como suyos, no tenía de que preocuparse.
Si caía tenia que dejarse hundir, las olas le harian golepar contra el muelle y perderia el conocimiento, solo debía ser valiente para tirarse, tomó otro trago y se colocó del otro lado de la baranda, no tenía nada que perder...

— ¿Que estás haciendo, Kim Namjoon?—

Namjoon levantó la vista para encontrarse con un castaño familiar, llevaba la bufanda rosa en el cuello y un saco inpermeable bastante curioso.

— ¿Ken?—

¡Namjoon, eres un idiota! #TravelAwards2017Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon