Prólogo

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Era una fría mañana de Septiembre, el cielo estaba completamente nublado, los árboles se movían en un leve vaivén debido al viento y ahí, en la ventana del segundo piso de una casa cercana al bosque se encontraba Liam. Un joven omega de 19 años.

La mirada del chico estaba perdida en algún lugar, mientras el mundo  seguía girando a su alrededor, para el castaño no era así, todo estaba en pausa hace varios días.

Dos leves toques y el sonido de la puerta siendo abierta sacaron a Liam de su mundo.

—Te traje la ropa que usarás hoy— El moreno le dijo mientras se adentraba en la habitación y dejaba sobre la cama recién hecha un elegante traje negro. —Supuse que aún no lo habías arreglado— Liam asintió levemente.

—Gracias Zayn—Susurro mientras que con las yemas de sus dedos tocaba la suave tela del traje. Alejo rápidamente su mano.

Aún no estaba listo.

—Tienes que afrontar esto— Liam dirigió su mirada, entrelazandola con la del moreno.

—No es como si fuera muy fácil. No perdí a mi oso de peluche, perdí a mis padres— Le dijo secamente. El Alfa suspiro y se acercó al castaño.

—Lo sé, pero no podrás evitar este hecho para siempre, hoy es cuando lo tienes que enfrentar, te guste o no— Liam bajo la mirada, solo quería volver al pasado y apreciar más cada momento vivido con sus padres.

—¿Que más da si no lo afronto?— susurro el menor. —La manada ya decidió, tu eres el nuevo líder, no el torpe e inexperto omega. Lo que haga a nadie le afectara— Zayn tenso su mandíbula molesto por las palabras.

—A mi me afectara, tus padres eran mi mejores amigos y a ti te conozco desde pequeño, crecimos juntos y ahora estás a mi cargo— le dijo alejándose del Omega, hiendose en dirección a la puerta. —Ahora vístete, la misa empezará a las 10 y no, no te puedes quedar aquí— sentencio el Alfa antes de salir de la habitación y dejar nuevamente solo al omega.

[...]

Liam estaba junto a Zayn recibiendo a todos los que habían venido al funeral. Bueno, Zayn lo estaba haciendo, Liam tan solo asentía a las palabras de consuelo y ánimo que los muchos amigos y conocidos de sus padres le daban.

El no conocía la mayoría de esta gente.

El omega no quería estar allí. No podía con tanto dolor, pero sabía que si se iba, luego se arrepentiría. El chico soltó un leve suspiro.

La iglesia cada vez se llenaba más y más, así hasta que finalmente fue momento de que la misa diera inicio. Las puertas se cerraron y dos betas se quedaron vigilando que nadie más ingresará.

Zayn guío a Liam hasta los asientos de la primera fila.

La vista del omega nunca se despego de los dos ataúdes donde ahora estaban los cuerpos sin vida de sus progenitores.

[...]

Liam tomo dos rosas, acaricio levemente los pétalos de una de las flores, sus lágrimas se agolpaban en sus ojos logrando que su vista estuviera borrosa. Sentía que su corazón dejaría de latir en cualquier momento por el dolor que lo invadía.

—Liam...— el omega asintió ante la voz de Zayn. Era momento de dejarlos ir.

Se acercó al ataúd de su padre y coloco la rosa sobre la madera barnizada. Una lágrima rebelde cayó, pero Liam ya no se esforzó en detenerla. Otra le siguió.

—Los voy a extrañar— susurro con la voz rota. Coloco la otra rosa sobre el ataúd de su progenitor y suspiró. —Los amo— fue lo último que alcanzó a decir antes de que rompiera en silenciosos sollozos.

Zayn al ver la escena tan dolorosa, se acercó al ahora pequeño e indefenso Omega, lo atrajo en un abrazo dejándolo llorar todo lo que quisiera.

Todos miraban con tristeza y dolor aquella escena.

Con un asentimiento del Alfa, los encargados del cementerio comenzaron a bajar los ataúdes a sus correspondientes tumbas, para luego comenzar a cubrirlos de tierra.

—Vamos a casa, Li— Zayn le susurró dulcemente al chico y este asintió, quito lo mejor que pudo sus lágrimas y se despego del abrazo del moreno.

—Sácame de aquí, Zee— tomando la mano del omega, Zayn comenzó a dirigirlo al auto para salir del cementerio.

Todos comenzaron a dispersarse, hasta que finalmente el cementerio volvió a quedar vacío

[...]

Zayn cerró la puerta de la casa y suspiró, era de noche y finalmente todas las personas se habían retirado. Asegurándose de que las puertas y ventanas estuvieran cerradas, el Alfa se dirigió escaleras arriba.

Soltó un suspiro y se acercó a la puerta de la habitación de Liam, una mueca triste se dibujo en sus labios al escuchar los sollozos del chico. Dando un par de toques anuncio que iba a entrar.

—No tienes que ocultar tus lágrimas de mi, Liam— el Omega quien mantenía la mirada baja, la elevo y miro atentamente al mayor para luego romper en llanto otra vez.

Nunca supo fingir que estaba bien cuando no lo estaba.

Zayn cerró la puerta de la habitación y se acercó a la cama del chico, sentándose a su lado, lo abrazo dejándolo que nuevamente llorara en su pecho.

—Los-s extraño— Zayn acaricio la espalda del castaño tratando de calmarlo.

—Tranquilo, Liam. Todo estará bien— susurró aquellas típicas palabras de aliento, no sabía cómo reaccionar ante esta situación.

—No lo estará, estoy solo Zayn, ya no tengo a nadie—  murmuró alejándose del lobo y abrazando sus rodillas en su pecho.

—No digas eso— Zayn le dijo sentándose correctamente en la cama. —Yo estoy aquí y no te dejare solo— Liam miro al moreno y este le sonrió levemente.

—¿Como estás tan seguro de que no me dejarás solo?— Liam susurró y Zayn lo miro tiernamente.

—Porque se lo prometí a tus padres antes de que murieran— le dijo con voz nostálgica. —Y ahora te lo prometo a ti— Liam miro atentamente y volvió a bajar la vista.

Ambos se quedaron en silencio, cada uno en su mundo, Zayn miraba tranquilamente a Liam, dándole su espacio y esperando alguna reacción del chico.

Liam parpadeo un par de veces y soltó el agarre de sus rodillas, tímidamente se acercó al cuerpo del moreno y se abrazó a el.

—Gracias, Zayn— le murmuró antes de cerrar sus ojos y sumergirse en el mundo de los sueños.

Zayn apago la luz de la lámpara que se encontraba en la mesa de noche del omega y con una manta cubrió sus cuerpos.

Cerrando sus ojos y apegando más el cuerpo del menor al suyo, el moreno finalmente cayo dormido después de un agotador día.

Zona de guerraWhere stories live. Discover now