Prólogo

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~♥~
"Wherever you go, I'll be with you
Whatever you want, I'll give it to you
Whenever you need someone
To lay your heart and head upon"
~♥~


Esa noche no podía conciliar el sueño. Estaba fuera de mi mismo, inquieto, atento a un peligro que no existía en lo absoluto.

La habitación permanecía en un silencio que, por mucho, no se trataba de uno acogedor que te ayuda a dormir, sino de un silencio acosador que hace todo lo contrario, poniéndote nervioso y tenso. Me di vueltas entre las mantas de un lado a otro sin poder adaptar una posición que me pareciera cómoda, dejando de lado lo intranquilo que estaba. Fijé mi vista en un punto en la oscuridad, esperando que Jay, quien se encontraba durmiendo en la litera de arriba, comenzara a balbucear entre sueños como hace desde que lo conozco, sabía que si prestaba suficiente atención podría escuchar roncar a Cole en la habitación de al lado, sin embargo, ninguno de los dos hizo ruido alguno.

Por primera vez desde que vivíamos en aquel horrible apartamento, Ciudad Nueva Ninjago estaba en calma, sin el rugido de los automóviles al pasar a toda velocidad por la avenida, aparentemente sin tránsito. El arrasador viento de invierno que llegó prematuro ese año cesó aquella noche, y junto con él se esfumaron todos los crujidos estridentes que me habían molestado durante la última semana.

Cerré los ojos, en otro intento de dormir. En una última vuelta me acurruqué de espaldas contra la pared, con las sabanas pegadas al cuerpo y bañado de sudor de tanto moverme. Al cobijarme me daba calor, y al descobijarme tenía frío hasta la médula de los huesos. Saqué la almohada de debajo de mi cabeza y la presioné contra mi cara, solté un gruñido a la vez que lancé medio cuerpo por la orilla de la cama, totalmente desesperado.

Advertí mi cuerpo cada vez más pesado, rogándome a gritos por dormir.

¿Qué rayos tenía en la conciencia que me mantenía despierto?

Alcé la cabeza, que estaba a centímetros de tocar el suelo, posando la mirada en la única cómoda de la habitación. Estiré la mano con dificultad. Mis dedos apenas rozaron la pantalla de mi celular arrastrándolo a la orilla, me empujé con los codos, seguro que en un solo movimiento en falso me iría de cara al piso y adiós celular. Finalmente lo alcancé, me acomodé boca arriba.

Restregué mis párpados al recibir la luz brillante de mi pantalla de bloqueo.

Pasaba de media noche, pero eso no me hizo pensar dos veces la idea sobre mandar un mensaje.

"No tengo sueño" tecleé rápidamente y agregué emojis.

Un segundo después lo borré. No era tan tonto, debía usar algo que no hiciera evidente la desesperación que tenía de hablar con él.

"No puedo dormir"

Dejé los dedos quietos y me mordí el labio inferior. «Sin emojis»

Reprimí una risa al pensar en que, si el destinatario de ese mensaje fuera una chica, y yo un poco menos cobarde, me atrevería a agregar "Porque estoy pensando en ti", aunque no fuera meramente cierto.

Tenía dos cosas claras en ese momento: La primera era que a esa hora  no respondería, con algo de suerte lo haría mañana por la tarde. Y la segunda era que la persona al otro lado de aquella pantalla, a la cual me moría por ver desde hace un mes, me gustaba.

Sin embargo, no estaba dentro de mis planes (y todas mis estrategias conocidas de como conquistar) ir a decírselo. 

Releí el mensaje: breve y sin importancia. 

GET UP | Greenflame | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora