ROMPE TUS CADENAS

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La suave brisa y la luz del sol que entraban por la ventana abierta rozaron su rostro dormido, logrando con ello sacarlo del mundo de los sueños.

Lo primero que sintió fue un escalofrío por culpa de la falta de calor. Al percibir aquello, volteó sobre su cuerpo, buscando con la mirada.

Sasuke frunció el ceño al verse solo en la cama.

_Tsk – chisteó molesto. Siendo ésta la primera experiencia, acababa de descubrir que no era para nada de su agrado despertar sin el muy usuratonkachi a su lado.

Decidido a guardarse esa cursi sensación para sí por mantener su orgullo intacto, en silencio hizo ademán de levantarse para ir al baño a darse una ducha, y entonces...

_¡Agh...! – se quejó volviéndose a tumbar en la cama por la repentina, inesperada y dolorosa punzada que sintió en la parte baja de su espalda.

Sorprendido, aún asimilándolo, a su mente llegó el motivo por el cual tenía ese dolor...

_¡Estúpido dobe...! – gruñó enojado, y más por no tener al idiota cerca para hacerle pagar – ¡Lo voy a...! – refunfuñó sentándose con más cuidado esta vez, y luego se calló dejando salir un suspiro... ¿qué era un simple dolor temporal comparado a la felicidad de estar con ese dobe cabeza hueca? Definitivamente debía estar demasiado enamorado como para no matarlo – Más le vale estar haciendo el desayuno – refunfuñó poniéndose de pie, y se puso a refunfuñar más cuando percibió que no podía evitar cojear mientras se dirigía al baño... ok, no lo mataría... ¡pero definitivamente lo iba a moler a golpes!

¡Y nadie puede decir que fue su culpa también por pedir más! ¡Se supone que el usuratonkachi no tenía que hacerle caso!

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_¡JODER! – el grito de la rubia se escuchó en todo el hospital. Todos pensaban '¿No se supone que está prohibido hacer ruido en los hospitales?', pero naah, se trataba de la hokage y superior ninja médico, ella estaba absuelta de cualquier norma, por eso nadie se atrevió a decirle nada – ¿Cuándo? ¡¿CUÁNDO demonios ese chico va a hacer por lo menos una minúscula parte de lo que se le pide?! – gruñó caminando a paso de elefante por los pasillos del edificio.

_Cálmese, Tsunade-sama – pidió Shizune con algo de miedo mientras trataba de seguir el paso rápido de la sannin – de seguro él está bien, usted sabe que siempre se cura rápidamente.

_¡No es eso! – dijo de inmediato la rubia – ¡El Uchiha tampoco está! ¿No entiendes el problema aquí? Con los dos ausentes no puede resultar nada bueno.

_Tsunade-sama – escuchó una voz a sus espaldas, y al voltearse la hokage se encontró con Sai haciéndole una reverencia respetuosamente mientras la ponía al tanto de las noticias – ya fui a procurar información de los guardias que vigilan las puertas de Konoha, dicen que nadie ha salido durante la noche – informó el pelinegro.

Tsunade asintió en silencio, y al contrario de lo que esperaba, esa información no la dejó más tranquila.

_¡Tsunade-sama! – otra voz la llamó, y cuando se fijó vio a su alumna pelirrosa acercándose presurosamente – Naruto no está en su casa tampoco, sólo encontré a... - antes de terminar la frase, Sakura se volteó dirigiendo la mirada hacia la esquina del pasillo, por la que un segundo después aparecieron tres personas.

RECUPERÁNDOTEWhere stories live. Discover now