Un poco cliché para mi gusto, pero lo acepto.

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" Pero, si muero esta noche, ¿Estarías  satisfecho con lo último que nos dijimos?"


Caminaba a lado de Melody, platicando del fin de semana. Le platiqué de lo que  sucedió con David y como siempre, ella me dijo que aunque fuera uno de sus mejores amigos, le iba a partir la cara. Ha cambiado mucho y ya no es el mismo niño dulce y protector de antes. Parte de mi no quiere dejarlo ir pero me he dado cuenta que extraño lo que solía ser. Entonces lo voy a ignorar completamente. Como si no existiera. Yo creo que va a ser lo más difícil que he hecho en mi vida. Pero antes que cualquier niño, viene mi dignidad que el dejó en el piso junto a mi autoestima.

Camine a clases tan invisible como siempre. Apenas comenzaba el año y ya se podía notar las niñas nuevas que tendrían un camino para transformar al malo de la escuela. También las " nerds" que cambiarían de estilo. Las historias que todo el mundo cuenta y sabe.

Al caminar por mi clase de Química, ahí estaban, inseparables como siempre.

Max, Harry, Sebastian, Pablo y David.

Como Dioses. Inmortales.

Y claro, las putas de Max y Harry y Maryam.
Maryam...

Que no me vean. Que no me vean. Apresura El Paso. Cabeza abajo. Ya casi... y...

¡Momo! - oí la voz de David que me decía.
Sin voltear seguí mi camino.
Momo 1 David 0

Desde que lo recuerdo David y yo siempre habíamos sido compañeros de laboratorio. Éramos el equipo perfecto. El era bueno con los cálculos y yo con lo teórico. Siempre sacábamos 10.

Pero si realmente quería que David sufriera, tenía que pedir un cambio de compañero. Por más que doliera y no quisiera.

¿ Miss Flora? - le dije a la simpática señora que nos daba la clase.

¿Que pasó, Momo, quisieras algún trabajo para extra crédito? - me dijo con una sonrisa.

No, me gustaría que me cambiaran de pareja. - le dije decidida.

¡Pero si David y tú lo hacen tan bien! ¿ Ocurre algo mi niña? - me dijo.

Pues si, y me gustaría mucho cambiarme. - le dije algo triste.

Bueno, considerando que eres de las mejores alumnas y que mereces un buen compañero, te voy a poner con el jovencito Campbell. - la miss hablo con Andrew Campbell.

El también como yo, parecía un niño normal. Un niño invisible. Mucha gente no se daba cuenta de él, pero yo sí.

Yo estaba en octavo grado. Sophie y sus amigas se burlaron de mí, porque no pase la audición para entrar al equipo de porristas.

Decían por los pasillos

¿Desde cuando las gordas y feas pueden ser porristas? - se reían alocadamente.

Me enojé tanto que corrí a las bancas enfrente de el campo de futbol, y empecé a llorar. Estaba tan enojada y me sentía mal conmigo misma, porque David solo se fijaba en las niñas tipo porristas, y quedaba claro que yo no era una.

Sentí a alguien a lado mío. Era un niño que jamás había notado, pero entre más lo veía más me llamaba la atención. Era tan diferente... pero hermoso.

Como algo que raramente se ve. Se acercó lentamente a mí.

¿Sabes? Yo tampoco entre al equipo de fútbol - me dijo con una media sonrisa. - Pero también quiero que sepas que nosotros estamos destinados a algo más. ¿Los niños invisibles? Tal vez ahora si, en preparatoria donde lo único que importa son cosas mediocres. Pero créeme cuando te digo que somos el futuro - me dijo dándome un medio abrazo.

¿ Como su...supiste? - le dije. Lo que me pasó...

Escuche a esa niña falsa y a sus amigas gritándolo. - me dijo - Y créeme que reconozco la mirada que tenías en la cara. Usualmente la uso yo. - me dijo acercándose más.

Pude ver sus ojos. Azules cristal.

Gracias - le dije. ¿ Como te llamas? - le pregunté.

No es importante, solo reconóceme como el niño que nadie nota. - me dijo riendo.

Y ahora ese hermoso niño por fin tenía nombre : Andrew Campbell. Y estaba sentado en el lugar de David. Se sentía extraño tener a alguien ahí que no fuera él.

Niña invisible - me dijo con una sonrisa que podría iluminar todo este maldito mundo.

Niño invisible - sonreí de regreso.
Agarre el nuevo libro que acababa de comprar para leer un poco antes de que comenzara la clase.

¿Divergente? - preguntó.
Divergente. - respondí.
Un poco cliché para mi gusto, pero lo acepto - me dijo riendo.

¿Ah sí? ¿Y que es de su buen gusto? me pregunto yo - dije cerrando el libro y abriendo los ojos divertidamente.

El me iba a responder cuando alguien se paro enfrente de nosotros. David.

Quítate - le dijo furioso a Andrew.
Andrew lo ignoro por completo.
Quítate o te quito. - le dijo hechando humo por los ojos.

No lo puedes quitar, este es su lugar - dije firmemente.
Se podía ver lo enojado que estaba David. Lo sé leer perfectamente después de tantos años.

¿A que te refieres que este es su lugar? - ¡Yo soy tu compañero! ¡Siempre ha sido así Momo! - me dijo muy enojado y algo triste.

Vete - le dije.
¿Esto es por nuestra discusión de la vez pasada? - me dijo curioso.
Vete - repetí.
Momo, vamos no seas así. Siempre lo arreglamos.

Porque yo siempre te perdono...

¿Hay algún problema joven Hunter? - preguntó Miss Flora.

Si, este tipo está en mi lugar - dijo señalando a Andrew.

Ese ya no es su lugar - dijo la Miss.
Este siempre ha sido mi lugar - David se enojaba más y más.

Déjalo David - le dije parándome. Ahora toda la clase nos estaba viendo. El estaba al borde de las lágrimas de coraje. Sus puños estaban muy apretados. Nunca lo había visto así. - Simplemente es un lugar - finalicé.

No. No Momo. No es solo un lugar - Es nosotros - me dijo. Salió del salón y azoto la puerta. En ese momento no me sentí tan invisible como antes. Todo el mundo me veía.

¿Es nosotros?

Andrew agarró mi mano por abajo de la mesa, y ya no me sentí tan triste como antes.

Pensé que solo David me podía hacer sentir de esa manera.
Supongo que ya no.

Tal vez cada niña invisible tiene su niño invisible...

- Escapemos de clase, te quiero enseñar algo. - me susurró Andrew.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2017 ⏰

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