Un dia con guarai y gotitas-chan.

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La feliz pareja andaban por las calles, desde aquel día que se hicieron novios he de decir que ambos eran muy unidos... aunque Gray aveces era muy frío y Juvia... muy melosa, cosa que le aburría al chico, peor su amor por ella era más grande.

—Oye Juvia— preguntó él mientras veía qué sabor escogería para su helado— ¿Cuantos sabores nos dijeron que podíamos escoger?

—Son cuatro Gray-sama— el chico suspiró mientras seguía mirando los helados y le dijo:

—Te he dicho muchas veces que dejes de agregarle el "sama" somos enamorados, no es como para que me digas eso...— miró a la chica que esperaba paciente detrás del mostrador y dijo— el mío lo quiero de vainilla, chocolate, ron con pasas y fresa.

—Juvia lo quiere de lúcuma, maracuyá, coco y piña— sonrío y la chica empezó a preparar los helados, un tanto extrañada por la peculiar forma de hablar de la peliazul.

—Siempre te pides los sabores menos clásicos, ¿por qué?— Gray recibía el helado mientras miraba a su novia esperando una respuesta.

—A Juvia le gusta probar nuevas cosas, es lo interesante de la vida ¿no?— él sonrió y asintió con la cabeza.

De la nada vieron pasar a un chico de cabello negro corriendo como si el mismísimo diablo lo persiguiese, se miraron y rieron, seguro el pequeño Romeo había hecho algo malo y Natsu lo perseguía con el cordón de la plancha para pegarle.

—Este Romeo, le dije que no vaya a al casa de Natsu solo porque Wendy le dijo, era arriesgarse mucho— Gray, aunque Natsu no lo supiera aún no ansié más que Juvia, era primo lejano de Romeo. Por eso conocía toda la historia con la chica.

—Juvia cree que su primo le tuvo que hacer caso desde un principio— al recibir su helado ambos salieron del local a sentarse en el parque, era una bonita forma de respirar aire puro de vez en cuando.

Se sentaron bajo de un árbol y comían su helado mirando al cielo, todo era normal– a excepción de lo que pasó con el chico hace un rato– y eso se les hacía extraño a la pareja, porque... si eres amigo de Natsu y/o Lucy tienes el riesgo de vivir una cosa diferente día a día, y es que así eran ellos... distintos a los demás. Únicos y detergentes.

De repente volvieron a ver a alguien más correr, esta vez era Lucy, una Lucy agitada y con cosplay de Humaru-chan. Rieron, sabían que otra cosa rara había pasado, parece que este día ellos iban a ser los normales de la historia.

Luego de una hora de estar sentados contemplando el paisaje y dándose minutos de pareja salieron en busca de una merienda, querían comprar triples de pollo y algún jugo cualquiera ya que se les había antojado comer eso luego de ver a una niñita que los disfrutaba de la cosas antes mencionadas.

Al estar a punto de llegar a la tienda pudieron ver a una Levy salir completamente mojada y un Gajeel burlón detrás de ella, se escuchaba como le pedía perdón pero la pequeña ya hacía caso omiso. Entraron a la tienda y compraron lo necesario. Se sentaron en una banca a comer.

—¿Que crees que haya pasado con Levy?— preguntó el chico con la boca llena de pan.

—Juvia cree que tal vez Levy-san se calló a la fuente de decoración que estaba dentro de la tienda— él asintió estando de acuerdo con su novia.

En eso otro suceso paranormal, digo, normal entre sus amigos apareció.

Jellal y Erza pasaban con armaduras, Erza con pose de heroína y Jellal prácticamente arrastrándose por los suelos. Un clásico de ellos.

—Gray-sama ¿usted que cree que les haya pasado?— tomó un sorbo de su refresco de durazno.

—Creo que Erza lo habrá obligado a Jellal a usar eso— está vez ella asintió estando de acuerdo con el pelinegro.

Al terminar se levantaron de la banca y caminaron de la mano hasta un centro comercial, Juvia hace tiempo se quería hacer unos segundos aretes en la oreja, por lo cual irían a hacerlo pero en eso escucharon un llanto, parecía ser de una pequeña. Buscaron con la mirada y la encontraron.

Al ir con ella la vieron mejor. Era blanquita, con el cabello medio verdoso y tría un sombrero de vaquerita.

—¿Te has perdido pequeña?— dijo Gray con un sonrisa y la nombrada frunció el ceño.

—No, para nada, sólo que estoy llorando porque se me dio la gana— ¿que le pasa a esta generación de ahora?

—Bueno pues... Juvia y Gray-sama te ayudarán a encontrar a tus padres— Juvia sonrío y la niña solo la miro mal.

—No necesito ayuda de dos raritos, bai bai— sacudió su pelo y se fue encontrándose más allá con un señor pelinegro y una mujer de cabello verde, agarró sus manos con una sonrisa y se fueron.

Fue aquí cuando la pareja se había quedado en shock, nunca imaginaron que pudiera haber una niña tan... agrandada(?)

*  *  *

Después de que Juvia se haya echo los otros segundos aretes salieron del centro comercial de nuevo, pero esta vez la chica tenía ambos lóbulos de la oreja rojos y inflamados.

—Gray-sama, a Juvia le duele... bueno, a Juvia le arde la oreja y si se la toca si le duele— él río y negó con la cabeza.

—Ahora no sé para qué lado te echarás a dormir.

Más allá vieron a Sting y Meredy caminando súper apegados y melosos, ambos sonrieron y los saludaron, por fin unos de sus conocidos se habia dado cuenta de su presencia todo este tiempo, ellos respondieron a su saludo de igual forma y siguieron caminando.

*  *  *

Llegaron al departamento que estaba alquilando para vivir ambos ahí, ya había concluido el día... y... uno de los más extraños de su vida.

Se pusieron a ver películas y vivieron felices de la vida, fin.


Meh~

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