CAPÍTULO 5: Voy a buscarte

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[...]

—Hola.

—Hola—saludé imitando su movimiento—¿Qué sucede?

Justo en ese momento mis ojos se detuvieron a observar hacia afuera de la ventana, cada calle de Alexandria estaba muy iluminada por el sol y mientras veía a Gleen sembrar algo en el pequeño campo, solté un gran suspiro. La mujer frente a mi movía su cabellera castaña levemente y en sus brazos estaba mi pequeño hermano con una sonrisa infalible.

—Frijoles—soltó extendiendo su mano frente a mi con una sonrisa, tomé aquella lata y sonrei—Es lo más rico que tenemos en la despensa.

—Maggie—llamé con lentitud, no quería incomodarla, ella me observó al instante—Si alguien importante para ti estuviera desprotegido, ya sabes, sin una comunidad que pueda ayudarlo, ¿Lo buscarías?

—Definitivamente si—respondió, regresé mi vista hacia la ventana mientras observaba al tal Ron pasar por allí, su cabello rubio me hizo recordar a mi amigo al instante y me limité a suspirar—¿Qué te sucede?—preguntó la mujer unos segundos después—Luces muy preocupada por algo.

—No es nada—susurré, pero pude oír que ella soltaba una risita.

—Por la forma en la que lo dices, ¿en serio quieres que piense que no es nada?—soltó, se limitó a sonreirle a mi hermano y yo negué mientras veía cómo jugaba con él—Debes tener una razón por la cuál me has echo esa pregunta.

—No es nada tan importante—volví a decir.

—Debe ser muy importante—agregó, sin embargo volvió a sonreir—¿Acaso pretendes que no veo en tu rostro que extrañas a alguien?

—Yo no...

—No es malo liberar un poco tus sentimientos, Colman—soltó, me dediqué a observarla mientras se levantaba y con sus manos movía a mi hermano lentamente—Cuándo mi hermana despareció, lo único que podía hacer era matenerme alerta y con miedo a lo que pronto le podría pasar mientras esperaba llegar hasta el lugar dónde Daryl y Carol la habían visto por última vez—se detuvo y pude ver que fijó su vista en mi—Me sentía impotente.

—¿Qué sucedió después?—pregunté con interés.

—Entonces cuándo la recuperé sentí que era la persona más feliz del mundo, sin embargo aquella felicidad no duró mucho—el pequeño en sus brazos se había levantado para jugar otra vez con una sonrisa, al parecer aún no le apetecía dormir—Volvi a perderla, pero esta vez fue definitivo.

—Lo siento.

—No tienes porqué sentirlo—volvió a murmurar—A lo que me refiero es qué si yo fuera tú, definitivamente no perdería aquella oportunidad de encontrar a alguien si es qué aún hay tiempo.

—Entiendo...

—Por cierto, escucha...—dejó de hablar y observó a mi hermano con una sonrisa mientras le daba pequeños toques en su nariz—deberias intentar conversar con alguien de tu edad, no siempre tendrás que encerrarte aquí.

—No me encierro aquí, es solo que no conozco a nadie.

—¿Y pretendes que conocerás a alguien estando aquí?

Desde que esta tranquila comunidad me había brindado ayuda me sentía extraña, y debido a eso había una cosa que no me habia atrevido a hacer hasta ahora; en toda mi estadía no me había atrevido a hablar con los chicos que eran de mi edad, aunque si conocía sus nombres.

—¿Qué hay de Enid?—soltó la mujer con una sonrisa—ella es muy divertida, podrían llevarse muy bien.

Enid; reconocia a la chica perfectamente. Ella pasaba por mi casa cada tarde y se detenía en la casa de Jessie o a veces en la casa de Rick. Además de eso, la había visto saltar los muros unas cuántas veces junto al hijo mayor de Rick.

ESDA »Carl Grimes« [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora