Mi corazón se rompe en mil pedazos

2.9K 168 9
                                    



Los soldados de la muerte expandieron una sombra por todo el perímetro, no entendía que era.

- ¿Cómo es que pueden hacer eso? - pregunte

- ¿Ves ese como humo o sombras que sales de sus cuerpos, como un aura?

-Si

-Eso, es lo que ellos usan para luchar; su propia energía, el que les ayuda a vivir y a luchar pues su aura no es como la de ninguna otra criatura- dijo Nico

- ¿Y cómo es que no sabía de ellos?

-Ellos se esconden en la oscuridad, y solo son despertados si su señor; en este caso Hades, les ordena hacerlo.

- Nico, estamos ganando, solo quedan aproximadamente más de cincuenta de las bestias de Helios- dije esperanzada.

-Vamos, ayudemos a los muertos y a los soldados.

- ¡Gigi! - escuche que alguien grito mi nombre.

Voltee a ver; era mi hermano.

- ¡Liam! - grité y corrí hacia él.

-Vi como caías, y me asusté mucho, ¿estás bien?

-Si si, estoy bien, espera, ¿y si me viste por qué no corriste a rescatarme?

-Porque vi que di Angelo lo hizo- dijo Liam con un encogimiento de hombre y una pequeña sonrisa.

-Vamos, que ya quiero que termine esto.

-Hey, mantente al margen- me dijo con su mirada de autoridad que siempre usaba cuando quería que le hiciera caso.

Rodee los ojos.

-Vamos, Liam. No puedo quedarme escondida, soy la protagonista de la profecía.

-Eso no implica que te olvides de los demás, y hasta de ti misma.

-Está bien, está bien, tratare de no exponerme tanto- le dije para que acabara de hablar.

Me dio una sonrisa con labios cerrados, y con su mirada que me decía que no me creía.

*******

Saque mi arco, que como bien sé, el siempre regresa a mi muñeca.

Mi arco era lo que más amaba, lo único por lo que me ha empezado a gustar ser semidiosa, porque de ahí de estar en profecía en profecía, créeme, no es muy bonito, el saber que en cualquier momento te puedes morir, aunque justo ahora, me siento como con las nueve vidas prestadas de un gato.

A lo lejos vi a Kendall, quien luchaba contra una dracaena, su camisa estaba rasgada y sucia, su piel tenia manchas de tierra, en una de sus aberturas de la camisa pude ver que había sangre seca.

Liam combatía junto con Siros, quien lanzaba sus sombras justo cuando Liam lanzaba flechas, haciendo que las flechas fueran escondidas dentro de las sombras. Mataban a muchos con esa técnica.

Nico luchaba con su espada, las criaturas temblaban al verla, y se distraían al verla venir hacia ellos.

Ver a Nico luchas era algo increíble, sus técnicas de combate me fascinaban, sus movimientos tan precisos, cada ángulo bien hecho, cada giro, cada remate, todo lo hace muy bien.

Espera, ¡Gigi concéntrate!

Volví mi vista hacia al frente justo cuando una bestia, cuyo nombre no sé qué sea, la verdad.

Era un cangrejo enorme, cuyos ojos me daban miedo, tenía los ojos totalmente negros, sus tenazas eran oscuras.

Puse a mi arco en modo guerra, el filo de mi arco destelló, y la bestia centro su vista en él. Aproveche ese momento para deslizarme por abajo y quedar de tras de él, no espere más, y corrí y me lancé sobre él, con mi arco le corte un ojo. La criatura grito con dolor y enojo, se agito a lo cual le enterré mi arco en el único ojo que le quedaba, pensé que con eso moriría, pero no. Aun sin sus ojos la criatura se seguía moviendo, o no, esto no lo venía venir, el cangrejo quería darse la vuelta, una de forma de quedar boca arriba. Justo cuando él se daba la vuelta, yo salte, y entonces cuando el había quedado ya a boca arriba, yo descendí por la gravedad, le enterré mi arco en medio de su cuerpo, el cangrejo agito sus tenazas con la intensión de hacerme daño, así que le enterré mi arco nuevamente, pero ahora en donde suponía que estaba su corazón, el cangrejo gigante grito por última vez y sus tenazas se quedaron quietas, se iban secando poco a poco. Me quité de encima, y pude ver como desaparecía del lugar.

HIJA DE APOLO| NICO DI ANGELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora